Los meses preelectorales son épocas proclives a los excesos verbales y a las promesas que, pasado el tiempo, suelen volatilizarse con el viento. Pero los datos son tozudos y permite contrastar las «ideas fuerza» lanzadas por algunos políticos con la cruda realidad. Es el caso de la última visita exprés de la ministra de Fomento, Ana Pastor, a la Comunitat Valenciana para visitar obras que ejecuta su departamento en Elx (5,7 kilómetros de la circunvalación sur), la A-3 (ampliación del tercer carril que acabarán con dos años de retraso y un sobrecoste de 15 millones) y la conexión Sant Isidre-Fuente San Luis (que ya deberían haber finalizado).
La titular de Fomento sacó pecho durante su visita a las obras y ofreció un baile de cifras: «En las carreteras de la Comunitat Valenciana se invertirán en el conjunto de la legislatura cerca de 670 millones de euros», soltó Pastor sin pestañear, tal como recoge la nota de prensa distribuida por Fomento aquel día.
El corredor mediterráneo también recibirá, según Pastor, un «volumen de inversión global en la actual legislatura de 5.000 millones de euros» de los que «1.359 millones de euros se han previsto para el presente ejercicio: más de 1.000 millones para líneas de alta velocidad, de los que cerca de 357 millones corresponden a inversiones en la Comunitat Valenciana».
Unas cifras que se dan de bruces con la estadística que maneja la Cámara de Contratistas de la Comunitat Valenciana, que disecciona y analiza las licitaciones del Gobierno desde hace más de una década. Las licitaciones del Ministerio de Fomento, desde que lo dirige Ana Pastor, asciende de 2012 a 2014 a 866,78 millones de euros, incluidos los contratos adjudicados por el Administrador de Infraestructuras Ferroviarias (Adif). El desglose que realiza la Cámara de Contratistas, que contradice las cifras ofrecidas por la ministra Ana Pastor en su última visita a Valencia, revela que el Ministerio de Fomento ha destinado 505,42 millones a la Comunitat Valenciana en tres años (el 5,35% de la inversión estatal, que ha ascendido a 9.434,07 millones en estos tres años). Esta cifra incluye los 85,29 millones destinados a carreteras valencianas (el 4,50% del presupuesto para toda España que ascendió a 1.893,6 millones), muy lejos de los 650 millones de los que presumió la ministra, en su última visita a las obras de ampliación de la A-3.
Por último, Adif ha invertido en esta legislatura un total de 5.612,034 millones de euros, de los que la Comunitat Valenciana ha recibido el 6,94% (361,365 millones de euros).
De ahí que promesas como las formuladas el pasado 27 de marzo por la alcaldesa de Valencia, Rita Barberá, de que Fomento finalizará en los próximos cuatro años todas las infraestructuras pendientes de la ciudad por valor de 1.250 millones de euros, suenen a cuento electoral. Si el Ministerio de Fomento estuviera dispuesto a invertir estos 1.250 millones la próxima legislatura significaría que sólo la ciudad de Valencia recibirá toda la inversión que se ha destinado a la Comunitat Valenciana en tres años (866,78 millones) y un tercio más. Una misión imposible dadas las restricciones presupuestarias y la querencia de la ministra por las obras del AVE a Galicia. «La inversión en Galicia y Castilla-León, que tienen la misma población entre ambas que la Comunitat Valenciana, supone el 27% del total nacional», cuando la Comunitat Valenciana apenas representa el 6,87% en la inversión regionalizable para el periodo 2012-2015.
«Para ser creíbles estas promesas de inversión deberían recogerse en un protocolo o convenio firmado por el Ministerio de Fomento y el Ministerio de Hacienda», asegura el gerente de la Cámara de Contratistas de la Comunitat Valenciana, Manuel Miñes.
