En la intendencia de las cacerías no faltaba de nada gracias a la generosidad de Vicente Huerta. Comidas, cartuchos, balas y hasta las escopetas y los rifles corrían por cuenta de la contratista de la Generalitat. A Castellano le regalaron un rifle Browning semiautomático, según recogen las facturas que la armería Peña Armes Esports, entregó al Juzgado número 2 de Sagunto. Castellano negó ese regalo aunque fue incapaz de justificar el pago del arma, registrada a su nombre en la llamada «guía», que es la matriculación de un arma de fuego.
El ex teniente de alcalde de Quartell, Emilio Máñez, también fue beneficiado por Huerta, según acredita la documentación judicial en poder de este diario.
Un rifle similar al de Castellano, una escopeta Beretta, a nombre de Máñez, y otros dos rifles y otra escopeta, inscritos a nombre de su hijo, son otros presuntos regalos del empresario a quien era mano derecha del alcalde Francisco Huguet, «responsable de relaciones institucionales» de Avialsa ante los gobiernos y persona de confianza de Castellano en la comarca. Fuentes de la investigación apuntan que Mañez era el responsable de la intendencia de las cacerías. Un visor de rifle de 509 euros y más de 65.000 euros en munición en solo cuatro compras se cargaron a la empresa de las avionetas para la extinción de incendios. La mayoría de este material se camufló como gastos de ropa y artículos deportivos, en vez de cartuchos y balas. Noches de hotel, jamón de jabugo, Moët Chandon o relojes fueron otros regalos costeados por Avialsa.
