A la Conselleria de Sanidad se le acumulan los problemas en el sector de las contrataciones. A la polémica por las presuntas coacciones a facultativos para no coger plazas a las que optaban por bolsa o al ya mediático contrato de la hija de la secretaria autonómica Dolores Salas en la fundación Fisabio se unen ahora otros presuntos casos denunciados por la Central Sindical Independiente y de Funcionarios (CSI ·F). La Fiscalía ha decidido investigar la denuncia que presentó el sindicato sobre varios nombramientos para lo que ha abierto diligencias de investigación penal.

Se trata, según el sindicato, de la «contratación de un licenciado en Filosofía como subdirector económico del hospital de Llíria»; de la incorporación del hijo de la subdirectora de Recursos Humanos como auxiliar de Salud Pública en una vacante «sin prueba de selección» o la contratación como técnico superior de higiene del trabajo «de una persona que no estaba en la bolsa de esa especialidad y a la que se aplica una mejora de empleo mientras cubría una baja, un hecho totalmente inusual». El sindicato, además, alertaba que en el departamento de salud Arnau-Llíria se nombraba a personal de forma «directa» y que permanecía en los puestos «durante meses sin ni siquiera estar en la bolsa de trabajo».

Más allá de la investigación judicial abierta, desde la Conselleria de Sanidad se apresuraron a puntualizar que, al menos, uno de los contratos denunciados era de la época del PP, en concreto el del hijo de la subdirectora, con fecha de 25 de marzo de 2015 «antes de la posesión del nuevo Gobierno».

En el resto descartaron irregularidades al explicar que, en el caso del subdirector económico, también especialista en psicología clínica, estaba contratado desde enero de 2016 bajo la figura de «adscripción funcional» para elaborar el Plan de Recursos Humanos. En el caso de la mejora de empleo, aseguraron que era una contratación0 «provisional» mientras durara la baja.