El tipo de garrapata que ha causado esta semana la muerte de un senderista por fiebre hemorrágica de Crimea-Congo en la Comunidad de Madrid no habita en la Comunitat Valenciana. La persona fallecida fue previsiblemente picada en la sierra de Gredos y la enfermedad también ha ocasionado el ingreso hospitalario de una enfermera que lo atendió. A su vez, más de 200 personas „282 según la última comunicación oficial„ están siendo vigiladas por haber estado en contacto con ambos. Ninguna de ellas reside en los municipios de Castelló, Valencia o Alicante.

Así lo confirmó ayer a Levante-EMV Merche Vanaclocha, subdirectora de Epidemiología de la dirección de Salud Pública de la conselleria de Sanidad. La portavoz del Consell expuso que «cuando se da una situación de este tipo se activan todos los protocolos de vigilancia y eso es lo que hemos hecho. Todos los canales de información están abiertos y si hubiera un residente en la Comunitat Valenciana en el grupo de control nosotros lo habríamos sabido enseguida. No es así. Las autonomías hemos tenido un contacto directo y muy fluido con el ministerio de Sanidad en todo momento».

Apostar por la prevención

A su vez, la epidemióloga quiso dejar claro que el nivel de alarma es «inexistente» en tierras valencianas: «Hemos de trasladar a la gente la realidad: hemos actuado de forma rápida y apostado por la prevención porque es nuestro trabajo. Pondré un ejemplo: el hospital La Fe es un centro de referencia en este tipo de situaciones y ya está preparado. No era algo considerado como necesario, pero hemos apostado por ser precavidos en este tema. Sin embargo, hablamos de un caso muy puntual y muy raro. En la actualidad no hay ningún indicio de posibilidad de propagación a la Comunitat Valenciana».

A su vez, expuso que el sistema sanitario valenciano está informado en todo momento, «desde los especialistas a los médicos de atención primaria, que son la primera puerta de entrada de información. Todos están en contacto con nosotros y todos saben como actuar». Según los expertos, el parásito que desencadenó la enfermedad en la comunidad de Madrid -de género hyalomma- habita en zonas desérticas y cálidas. Una de las teorías más repetidas se centra en su posible llegada al centro de España a través de las migraciones de las aves. Vanaclocha comentó que «yo también he leído algo al respecto, pero de momento solamente es una teoría. El principal método de desplazamiento de este tipo de insectos es a través del ganado. Estoy segura de que en la zona donde se ha originado el foco ya se habrán tomado medidas. Cabe decir que es el primero que se da en Europa. Lo que está claro es que no se puede es acabar con todas las garrapatas en una región de un plumazo, como no se puede acabar con todos los mosquitos a la vez». Ahora, los expertos lanzan una serie de recomendaciones a las personas que se adentren en zonas donde hay garrapatas o simplemente hagan una excursión al monte. Así, entre las medidas de precaución se encuentran el uso de polainas y calcetines y repelentes, sobretodo entre los trabajadores del campo.

Ajustar las perneras del pantalón (pantalones metidos dentro de los calcetines) y mangas para evitar la entrada de garrapatas también es aconsejable. A su vez, otro hábito a seguir es revisarse la piel y, si se vislumbra alguna garrapata, los afectados deben acudir a un hospital en las siguientes 24 horas. La base de la nuca y las zonas del cuerpo con pliegues son lugares a tener muy en cuenta.

La vicepresidenta del Gobierno en funciones, Soraya Sáenz de Santamaría, ya anunció esta semana que se habían activado los protocolos y los mecanismos de coordinación con todas las comunidades autónomas por si surgen más casos. También se informó a las autoridades sanitarias internacionales, «con las que el contacto es continuo».