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Un matrimonio de conveniencia

Separación de bienes en Compromís

La formación que lidera Mónica Oltra rechaza convertir la coalición en un único partido mientras el Bloc no tiene previsto consultar a la militancia

Iniciativa del País Valencià, la formación que lidera Mónica Oltra, acaba de decidir que prefiere seguir como partido. Sus bases apuestan por mantenerse como hasta ahora, evitar la disolución de Compromís y conservar su propia estructura, independiente del socio mayoritario de la coalición.

En el Bloc no tienen idea de hacer una consulta similar. Alegan que la dirección conoce perfectamente el sentir de las bases y que el actual Compromís funciona. Pero en el partido nacionalista hay más voces y un sector importante defiende la creación de un partido, donde las normas sean para todos y garanticen seguridad jurídica.

El abrumador porcentaje de votos a favor de que Iniciativa del Poble Valencià continúe formando parte de Compromís como coalición es revelador de cómo la mayoría de militantes y simpatizantes del partido liderado por Mónica Oltra tiene claras sus diferencias con el Bloc. La reflexión que realizan dirigentes consultados es que existe una divergencia de base entre ellos y el Bloc. Entienden que por tradición política el objeto del Bloc es construir una nación, mientras que en Iniciativa el sujeto político es el concepto de ciudadanía y la mejora de las condiciones sociales.

«En Iniciativa también hay nacionalistas, pero para la gran mayoría de nosotros la nación valenciana es un sujeto inexistente. Lo mismo que en el Bloc hay gente de izquierdas pero su procedencia política, su razón de existencia es otra, con primacía de los elementos identitaria», explican.

Ante estas diferencias de calado, el proyecto Compromís no tendría sentido como partido. Pero, la fórmula de la coalición da soberanía a cada uno de los partidos, que son conscientes de que juntos suman más. Para este sector, el rechazo a una conversión en partido no significa que no se apueste por más Compromís ni que la convivencia no sea posible.

Apuntan, además, que es evidente que el propio Bloc ha rebajado su discurso más nacionalista y en su sujeto político (la nación) apenas está su foco. ¿Cuando acabará el matrimonio? No está en el horizonte cercano, pero podría ocurrir si el programa de gobierno de ambos deja de ser convergente porque las condiciones sociales y políticas en el resto de España agudizan las diferencias.

En Iniciativa tienen también la sensación que con su referéndum han hecho el trabajo sucio al Bloc, que no ha planteado este debate abiertamente en su partido. Con todo hay un sector minoritario en el partido de Oltra que piensa que el paso a una federación de partidos habría fortalecido más el proyecto y lo habría cohesionado, al tiempo que habría hecho más ágil la toma de decisiones y acabado con las cuotas de poder dentro de la coalición, formas que algunos en Iniciativa creen propios de la «vieja política» y de partidos que se mueven en función de intereses particulares y de familias.

«Un experimento que funciona»

«Compromís es un experimento, siempre lo ha sido, pero funciona bien y eso es innegable», admiten fuentes del partido nacionalista, que no ven necesario cambiar el actual equilibrio interna.

Nacido en 2007, el primer Compromís, la unión del Bloc y EUPV, acabó rápidamente en divorcio. Retomada después por las formaciones que la conforman ahora -Iniciativa es una escisión de EU- se ha convertido en una pareja estable y permanente, que funciona y que desde 2015 ostenta la alcaldía de Valencia, la vicepresidencia de la Generalitat y tres conselleries. «Realmente funcionamos como un partido, porque al final una formación política no es más que una herramienta para dar respuesta a las necesidades de la gente», explica la coordinadora del Bloc, Águeda Micó, que tampoco ve necesario cambiar el «estatu quo» dentro de la coalición.

Pese al movimiento de Iniciativa de pulsar la opinión de sus bases para conocer la fórmula con la que estarían más cómodos en Compromís, el Bloc dice que ese debate está abierto permanentemente y no ven necesaria una consulta como tal. En la formación nacionalista observan que los partidos con estructuras tradicionales -el PP, PSOE o IU- tienen incluso más problemas internos y son incapaces de dar respuestas a la ciudadanía. «El PP ha usado su estructura para convertirse en una trama criminal, el PSOE ha acabado dividido y eso nos hace ver que continuar con los parámetros de estructuras tradicionales ya no vale, creo que si funcionaran como nosotros les iría mejor porque podrían agrupar mejor a las distintas sensibilidades internas; se vende que somos inestables y que siempre tomamos las decisiones a última hora, pero yo en esta cuestión no veo diferencia con otros partidos, ellos están en una crisis estructural y no creo que puedan darnos lecciones», analiza Micó.

Una unión de conveniencia

Para un sector amplio del Bloc, la fórmula de coalición ha servido y sirve porque si algo tiene Compromís es que aglutina con eficacia a grupos que son muy plurales ideológicamente, desde el nacionalismo a la izquierda más social o el ecologismo militante. Así, entienden que da igual si Compromís es una coalición, una federación o una fusión de partidos.

Pero también la actual correlación de fuerzas genera grietas. Es un matrimonio de conveniencia que se ha abierto, además, a un millar de afiliados que no forman parte de ninguna de las tres formaciones que sustentan Compromís y que no se habrían afiliado nunca ni al Bloc, ni a Iniciativa ni a Els Verds por separado, pero, en cambio, sí se sienten atraídos por Compromís. El encaje de los adheridos a la coalición es uno de los problemas que aún no han conseguido solucionar. Pero hay voces, que consideran que la mejor opción es un partido único, una tesis que defiende, por ejemplo, el síndic en las Corts, Fran Ferri.

Entre esta corriente se considera que la actual situación obliga a negociaciones permanentes, que desgastan a ambas formaciones, por lo que ven necesario sentar las bases para que exista una mayor seguridad jurídica en la relación de todos sus integrantes.

El sector que aboga por la unidad considera también que las reglas de juego internas cambian continuamente. Sobre todo cuando hay que tomar decisiones de calado, como ocurrió cuando el partido decidió que para las elecciones generales no convocaría primarias, pero en cambio sí lo hizo para las autonómicas o las europeas, aunque con diferentes sistemas. Este sector subraya que cada problema importante se afronta de una manera diferente, lo que genera tensión. Por eso, abogan por un documento que obligue a todas las partes y que, sobre todo, dé seguridad a sus integrantes.

Tensiones internas

El Bloc, que también vive problemas internos que se han evidenciado en el reciente nombramiento de Enric Nomdedéu como secretario autonómico de Empleo, lo dirige en la actualidad una bicefalia liderada por Àgueda Micó y Rafael Carbonell y que salió del congreso de mayo pero que también genera fricciones.

De hecho hay voces que creen que el pacto que alumbró aquel congreso no favorece al partido. Pero oficialmente en la formación aseguran que lo primordial es profundizar en la democracia interna. Y quieren ampliar el debate para que las decisiones que tome Compromís sean también lo más participativas posibles y que la militancia de base se sienta más próxima.

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