Nueve niños y niñas con ingresos repetidos o continuados en la unidad de Oncología Pediátrica del hospital universitario La Fe han participado en la fase piloto del proyecto de voluntariado "Can de la Mano" gracias al que han podido compartir algo del tedioso tiempo de hospitalización con las mascotas de profesionales del centro. La iniciativa -que se quiere ampliar a otras unidades pediátricas como Psiquiatría y Lesiones medulares- se ha podido llevar a cabo gracias a la participación voluntaria y altruista de los responsables de los siete perros incluidos por ahora en el proyecto, todos mascotas de médicos, enfermeros y familiares de trabajadores del hospital.

Con la colaboración de los facultativos que hacen el seguimiento clínico a los pequeños, se acuerda un día para las visitas y se facilita el encuentro entre los pequeños -que salen del entorno de la habitación donde están hospitalizados- para interactuar con los perros a los que "adoptan" virtualmente ya que incluso mantienen contacto continuado con sus propietarios a través de correos u otras herramientas.

Los beneficios son inmediatos tanto para los niños, como para sus padres. Según ha explicado Bárbara Torres, pediatra de la unidad de Oncología Pediátrica de La Fe, tras un año de rodaje del programa han podido constatar que estos contactos "aumentan las emociones positivas en los niños y sus familias, ya no solo en el momento del encuentro, sino también de forma anticipatoria. Su humor cambia". Tanto Torres como el neumólogo pediatra Juan López Andreu, coordinador del programa, destacan que la iniciativa ayuda a los pequeños a reconectar con una de las pérdidas que más echan de menos en sus periodos de hospitalización: el tener contacto con animales. De hecho, según explica López Andreu, el proyecto nació hace ahora un año con un caso en concreto, el de Mª Victoria, una paciente adolescente que se enfrentaba a un reingreso y la que se propuso un encuentro con la mascota de uno de los médicos para intentar aliviar su situación.

"Le ayudó a olvidar y nos planteamos extender la experiencia al resto de pacientes", ha asegurado el facultativo.

El proyecto sigue la estela de otras iniciativas de intervención hospitalaria con perros con la particularidad de que, en esta ocasión, el proyecto es totalmente voluntario y se cuenta con las mascotas de los profesionales de La Fe. Para hacerlo posible, y también de forma altruista, están involucrados un educador canino y la veterinaria adscrita al centro, ya que los perros, antes de participar en los encuentros con los niños, han pasado por un programa específico de adiestramiento y por numerosos controles veterinarios para asegurar que su estado es el mejor posible y se cumplen todos los requisitos legales establecidos.

En la presentación del proyecto han participado también Miguel Serra y Elisa Tomás, padre de Sara y madre de Júlia respectivamente, dos pequeñas que han "adoptado" a las mascotas durante su estancia en la unidad de Oncología Pediátrica. Ambos han descatado los beneficios que los encuentros con los perros han tenido para sus hijos. "Para Sara supuso un salto enorme en su estado de ánimo. Ver llegar a la perra, en este caso Sheila, fue como encontrar una isla en el océano cuando ya tienes el agua al cuelllo. Ese rato era mágico", ha recordado. La madre de Júlia cree que la iniciativa permite introducir "algo de normalidad" en el día a día de los niños, "que salen de la habitación y desconectan de todo lo que comporta estar ingresados. Es una manera de romper la rutina. Verla reír, esa ilusión vale todo el dinero del mundo".

La consellera de Sanitat Universal, Carmen Montón, que ha presentado el proyecto, ha destacado el valor de iniciativas de este tipo "pues permiten reducir el impacto que tiene el ingreso en los pacientes, son un magnífico aliciente para los menores y sus familiares y les permite olvidar por momentos que están hospitalizados".