Uno de los ejemplares de la manada de bisontes de la reserva de Valdeserrillas permanece en cuarentena junto a un grupo de búfalas, ya que sufre heridas en las pezuñas traseras y está siendo tratado durante estos días. Así lo confirmó ayer a Levante-EMV Carlos Álamo, director técnico del paraje natural, que mañana será interrogado por la Físcalia del Medio Ambiente tras ser imputado por un delito de maltrato animal por los hechos acaecidos el pasado 16 de septiembre, cuando fue hallado decapitado el cuerpo del macho alfa del grupo, bautizado como Sauron.

Álamo, que rechazó que todo se tratara de un montaje y apunta que confirmará su inocencia aportando todo tipo de pruebas, confirmó que el resto de la manada ya está casi curado de la enfermedad que sufría. El director ya prestó testimonio el pasado martes ante la Guardia Civil. El encuentro duró tres horas y „siempre según su testimonio„ Álamo presentó diversas facturas de compra de comida especializada para los bisontes, que contradicen la tesis de que estaban mal alimentados.

La bola «envenenada»

El director de Valdeserrillas también confirmó que estaba al tanto de que los investigadores habían descartado la hipótesis del veneno. «Al parecer la bola de plástico de la que sospechábamos no tenía nada. Quizás, fue un resto que formaba parte de las balas de alfalfa con las que los alimentamos», declaró.

El asesinato de Saurón „luego también fue encontrado otro ejemplar decapitado, conocido como 102„ superó las fronteras de la Comunitat Valenciana, llegando a medios de media Europa. La reserva acoge desde hace tiempo un programa de reintroducción de esta especie de rumiante, bastante singular en el Viejo Continente.