La dirección de la Central Nuclear de Cofrentes (CNC) presentó el pasado 5 de octubre al Ministerio de Industria la petición para licenciar un Almacenamiento Temporal Individualizado (ATI) de residuos radioactivos de alta actividad. Tal como adelantó en exclusiva Levante-EMV el pasado abril, los técnicos de la central comenzaron a evaluar hace meses la posibilidad de construir un depósito propio ante los retrasos del Almacén Temporal Centralizado (ATC) de Villar de Cañas (Cuenca) y la falta de capacidad de las piscinas de combustible sitas en la central nuclear.

En diciembre de 2015 ya exploraron ante el Consejo de Seguridad Nuclear (CSN) la posibilidad de ampliar su capacidad de almacenamiento mediante un ATI propio, aunque no ha sido hasta que la empresa estatal Enresa ha comunicado oficialmente que el ATC no llegará a tiempo que Cofrentes ha solicitado el licenciamiento.

El nuevo ATI se construirá al aire libre en una zona a salvo de las inundaciones del Júcar y tendrá capacidad para albergar 24 contenedores. Según explicaron fuentes oficiales de la Central Nuclear de Cofrentes, la instalación debe entrar en servicio en 2019, justo en el límite temporal de la capacidad de almacenamiento actual en las piscinas de combustible.

La dirección de Cofrentes ya ha informado a algunos alcaldes de la zona de su intención de almacenar residuos fuera de las piscinas. Cabe recordar que cuanta más cantidad de este tipo de residuos haya almacenada en Cofrentes, más ingresos recibe este municipio.

Una carta informativa

La CNC distribuyó ayer una circular interna en la que confirma el inicio de las «primeras fases» de licenciamiento y diseño del ATI. En la nota se recuerda que en España es «el Estado el que tiene la responsabilidad de diseñar la estrategia de gestión del combustible nuclear gastado» a través de la empresa pública Enresa, que se financia con las aportaciones de las compañías privadas con instalaciones radioactivas.

En España se decidió que el combustible gastado, que contiene elementos radiactivos con una vida de miles de años, se depositara en un Almacén Temporal Centralizado (ATC) que acabó en Villar de Cañas pese a que la localidad valenciana de Zarra fue la que obtuvo mejor puntuación técnica durante el proceso de selección.

Los retrasos en las obras, la aparición de terrenos inestables y una discutida gestión han provocado que el almacén conquense esté lejos de estar construido en el plazo previsto mientras las piscinas de combustible de las centrales se van llenando con cada recarga.

En estos momentos hay tres ATI disponibles en España. Uno en la central de Trillo (1999), otro en la Central Nuclear José Cabrera (en desmantelamiento) y uno más en la central nuclear de Ascó para ambas unidades. Garoña lo tiene autorizado y Almaraz, con dos reactores también, lo ha solicitado.

Diseño para Cofrentes

Según adelantaron fuentes oficiales de Cofrentes, Enresa no ha comunicado todavía el tipo de contenedor elegido, aunque probablemente se trata de un modelo mixto que permita el almacenamiento y posterior transporte sin necesidad de recurrir a un nuevo manipulado de los elementos radioactivos.

El ATI, recordaron, es «una instalación de carácter temporal». En el futuro, todos los contenedores almacenados en la nuclear de Cofrentes se enviarán al ATC «y los terrenos ocupados actualmente por la instalación quedarán disponibles», sin material nuclear, cuando se cierre la central, insistieron.

El ATI de Cofrentes dispondrá de 24 contenedores refrigerados por convección natural, recubiertos de acero y hormigón para impedir la salida al exterior de la radiactividad y concebidos para resistir accidentes durante su manipulación o transporte. Las plataformas de hormigón y las naves con las que se protegen estos elementos están diseñadas con categoría sísmica 1 para resistir el mayor terremoto esperable.