El apellido Correa y su traducción al alemán -«Gürtel»- saltaron a la primera página de los periódicos hace justo ocho años. El 6 de febrero de 2009 el juez Baltasar Garzón ordenaba las cinco primeras detenciones -entre ellas la del empresario Francisco Correa, cuyo apellido bautizó la operación- relacionadas con esta presunta trama incrustada en el Partido Popular y que la Fiscalía Anticorrupción investigaba desde 2007.

El terremoto del caso Gürtel se tradujo en cuatro piezas separadas judiciales en la Comunitat Valenciana y el equivalente a un equipo de fútbol de altos cargos de los gobiernos de Francisco Camps sentados en el banquillo de los acusados.

Y ocho años después llega la primera sentencia que se dictará sobre esta presunta trama con ramificaciones en Madrid, Valencia, Andalucía, Galicia, Baleares, Castilla-León y Palma de Mallorca. Las primeras en conocer su inminente futuro judicial serán las dos exconselleres de Turismo de Camps, Milagrosa Martínez (a quien Anticorrupción pide 11 años de cárcel y 34 de inhabilitación) y Angélica Such (nueve años de inhabilitación), cinco trabajadores de su departamento y de la Agencia Valenciana de Turismo (AVT), además de seis cabecillas y miembros de la trama Gürtel, con Francisco Correa al frente y a quien la Fiscalía Anticorrupción solicita diez años de prisión y 23 de inhabilitación. En esta pieza separada también se juzgó al responsable de Orange Market, Álvaro Pérez «el Bigotes», que se enfrenta a la misma petición de pena que Correa.

Los trece acusados han sido citados mañana viernes, a partir de las 9 de la mañana, en la sede del Tribunal Superior de Justicia de la Comunitat Valenciana (TSJCV) para conocer el veredicto del tribunal que les juzgó durante once meses por el catálogo de presuntos delitos habitual: prevaricación administrativa, cohecho, malversación de caudales públicos, fraude a la Administración, falsedad en documento oficial, tráfico de influencias, uso de información privilegiada e infidelidad en la custodia de documentos.

El fallo de esta primera sentencia puede influir en el resto de piezas de la trama Gürtel que quedan por enjuiciar, sobre todo en la actitud de algunos encausados como el cabecilla de la trama y empresario, Francisco Correa, que intenta alcanzar un pacto con la Fiscalía Anticorrupción.