La gestora que en unos días hará saltar por los aires la dirección provincial y, en particular, a su presidente, Vicente Betoret, aún no ha nacido y ya está inmersa en un rifirrafe sobre su fecha de caducidad. La dirección regional, tal como se encargó de dejar claro la secretaria general del PPCV, Eva Ortiz, no quiere hablar de fechas y no descarta ningún escenario incluido que se alargue hasta las elecciones de 2019. «El congreso será todo lo próximo y todo lo lejano en que seamos todos capaces de serenar la situación interna», manifestó Ortiz.

Betoret, por su parte, insistió ayer en que tiene el compromiso del coordinador general del PP, Fernando Martínez Maillo, de que el congreso provincial se convocará después del verano. No dio fechas, aceptó que quizás septiembre sería muy pronto, pero lo «razonable» para la todavía dirección provincial es que sea antes de las Navidades. Betoret es consciente de que su única posibilidad de reconquistar la presidencia en un proceso de primarias radica en que no pase mucho tiempo y pueda mantener viva la llama de su candidatura y sus apoyos. De momento, con la constitución de la gestora él es quien más pierde ya que en unos días deberá hacer las maletas y marcharse de la sede. Y con él su grupo de colaboradores que quedan sin despacho y sin los recursos del aparato del partido.

En principio, el futuro presidente de la gestora, el diputado Rubén Moreno, vino a avalar la tesis de Betoret de que habrá congreso al situar su duración en seis meses, aunque al mismo tiempo insistió en la idea de que lo importante es la unidad. «Mejor esperar y bien que pronto y mal», dijo. Por la tarde Maillo indicó que la gestora no era «definitiva», sino «temporal» y que había sido fruto de un «acuerdo a tres». No puso fecha, pero advirtió a los aspirantes: «La campaña electoral se ha acabado».

Betoret insistió ayer en su llamamiento a la calma, pero también dejó claro que no renuncia a su candidatura. «He dejado de ser presidente unos meses para poder ser presidente en los próximos años. Esa fue mi condición», dijo.

Ahora bien, lo cierto es que Betoret se queda fuera de juego y ello por varias razones. Para empezar, en la práctica la dirección regional tomará el mando de la provincia. Bonig tiene intención de volver a pisar los municipios para ir ganando apoyos. El objetivo es pacificar los municipios, tomar el pulso del partido en un territorio que lleva meses incendiado y que había quedado fuera de la agenda de la presidenta regional. Por estatutos, compete al comité ejecutivo regional (que controla Bonig) convocar los congresos locales. Ortiz dejó claro que la gestora no impedirá desatascar la renovación en los municipios, incluido el cap i casal donde la gestora cumple un año.

La elección de Rubén Moreno para presidir la gestora puede ser también un ventaja para la regional. Moreno tiene responsabilidades en Madrid y tendrá que delegar en el equipo de cinco personas que integrarán la gestora. Lo lógico es que sean ellos quienes lleven el día a día. Bonig ha dado sus nombres, mientras que Betoret aspira a poner algún peón.

La desactivación de Betoret se completa con otro factor. Su contrincante, la portavoz del PP en la diputación, Mari Carmen Contelles, es, además, vicesecretaria de organización del PPCV. Ambos cargos le dan cobertura para seguir recorriendo los pueblos y de paso manteniendo viva su llama de candidata. Hoy, de hecho, ejercerá de baronesa al ofrecer un balance de los dos años de legislatura. En Alicante y Castelló lo harán los barones, José Císcar y Miguel Barrachina. Toda una declaración de intenciones .