Afirma que enviaron a compañeros donde estaba «la turba».

«Lo están pasando mal», aseguraba ayer una de las policías que se concentró en Alicante para mostrar su apoyo a los compañeros desplegados en Cataluña. Y no era para menos. Cerca de una veintena de policías nacionales de Alicante tenían ya preparadas sus bolsas de viaje al ser obligados a desalojar ayer el hotel de Pineda de Mar (Barcelona) donde estaban hospedados a causa del acoso independentista y a última hora llegó la orden del Gobierno para que no se movieran. Hasta ese momento se sentían abandonados por el Gobierno pero al menos la decisión final de frenar la expulsión les elevó la moral, según explicó a este diario uno de los agentes, que prefiere mantener el anonimato.

Al margen del continuo acoso de los independentistas que han tenido que soportar durante los últimos días, lo que más ha molestado a este agente de Alicante y a los aproximadamente 300 policías de varias provincias que están alojados en el Hotel Montpalau de Pineda de Mar es el comportamiento de los Mossos de Esquadra con las Fuerzas de Seguridad del Estado. Como prueba de ello cita dos ejemplos muy claros. Pasada la medianoche de ayer se vivieron momentos de tensión porque el hotel estaba rodeado por cientos de independentistas y la presencia de patrullas de los Mossos no sólo no les tranquilizó, sino que tuvieron que aguantar «peinetas e insultos» mientras los policías autonómicos se besaban el escudo.

Horas antes el problema lo tuvieron otros policías que no estaban de servicio y salieron del hotel con la intención de comer algo en un bar del pueblo. Preguntaron a los mossos que estaban en el exterior del hotel para que les recomendaran algún bar alejado de los focos de conflicto y hacia allí se dirigieron. Sin embargo, recorrieron varias calles y se dieron cuenta de que les mandaron «donde estaba la turba; los Mossos nos llevaban al matadero», relata el policía alicantino.

El sentimiento de los agentes hasta que se frenó el desalojo de los hoteles era muy claro. El Estado «nos ha vendido y dejado tirados, a nosotros, la Policía, y sobre todo a los ciudadanos que durante todos estos días se nos han acercado a darnos las gracias en voz baja con temor a ser sorprendidos».

Según este agente de Alicante, el jefe de la Policía Local y el teniente de alcalde de Pineda de Mar acudieron al hotel para «coaccionar» a los responsables. Tras dicha visita el gerente del hotel les entregó un breve escrito donde les explicaba que tuvo una reunión con responsables del Ayuntamiento de Pineda de Mar y tras ser amenazados con «cerrarnos los hoteles durante cinco años» se veían obligados a desalojar a todos los policías, tanto de este hotel como otro del mismo grupo en Pineda.

La frustración era tan grande que este policía confesaba de madrugada que «nos sentimos abandonados por el Estado y aquí los compañeros han acabado llorando ante tal humillación».

Pese a las críticas de los partidarios de la independencia, este policía asegura que «la gente del pueblo se ha portado bien, con respeto». Han acudido a gimnasios, a jugar al baloncesto al parque y ningún problema. «La gente está reprimida y tiene mucho miedo», explica el funcionario alicantino, quien apunta que una vecina les llevó comida y que la mayoría «nos dan las gracias».

Tras los momentos de indignación y rabia los policías al menos recibieron ayer una pequeña inyección de moral con la intervención del Gobierno central para frenar los desalojos de las Fuerzas de Seguridad de los hoteles y con el respaldo de vecinos con banderas de España gritando «¡No se van!». Además de los agentes alicantinos que iban a ser desalojados en Pineda de Mar había otro grupo en un hotel de Tarragona que también tenía que marcharse y a última hora se paralizó el traslado.

Por otro lado, cerca de un centenar de personas se concentraron ayer tarde en la plaza de la Montañeta de Alicante para protestar por las cargas policiales en Cataluña, mientras que otra convocatoria realizada a través de redes sociales para pedir la dimisión de Rajoy en la plaza del Ayuntamiento no fue respalda por nadie.