La buena noticia es que la previsión de inversiones del Gobierno en la Comunitat Valenciana crece un buen pellizco: 151 millones más que lo anunciado en 2017. La mala es que la C. Valenciana estaba tan a la cola el año pasado que el aumento da solo para pasar de ser los últimos a los penúltimos (los antepenúltimos si se cuenta a Navarra, que tiene concierto propio y ya se queda parte de sus impuestos para sus inversiones). Incluso hay un dato para el pesimismo si uno se aleja de las cifras absolutas, hace cuentas y saca el reparto de inversiones por habitante de las distintas autonomías. El resultado es que la brecha con la media española se agranda: de 66 euros en 2017 pasa a 67,6 este año.

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La razón de esta aparente paradoja por la que la C. Valenciana tendrá más inversiones en términos absolutos pero no despega en la distribución por ciudadanos es que el dinero invertido en los territorios crecerá considerablemente en 2018 de manera general, pero bastante más en unos territorios que en otros. En definitiva, el dinero del Gobierno de Mariano Rajoy para inversiones en la C. Valenciana crece un 25,6 %, pero sin que esta logre salir del pozo en comparación con otros territorios.

Los optimistas inasequibles al desaliento pueden quedarse con la cifra de 740,3 millones. Es la previsión que el proyecto de Presupuestos Generales del Estado de 2018, presentados ayer por el ministro de Hacienda, Cristóbal Montoro, en el Congreso, realiza para las inversiones en la Comunitat Valenciana. Son 131,1 millones más que los 589,2 anunciados en 2017. El crecimiento es, por tanto, del 25,6 %.

La cuestión es que la cantidad de 2017 era especialmente baja. Para hacerse una idea, hace dos años, en las cuentas de 2016, era de 880 millones, bastante más alta que la de 2018. Y si la mirada vuela más lejos, se puede encontrar con que en 2011, en el último año de Gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero, la previsión para inversiones en la C. Valenciana alcanzaba el récord de 1.541 millones, más del doble que en 2018.

La «tirita» de Montoro

El ministerio previene en el proyecto de presupuestos sobre estos datos «regionalizados». Dice que pueden ser útiles como «aproximación», pero las comparaciones entre territorios o años dentro de una misma comunidad pueden resultar «sesgadas». No obstante, es el mecanismo habitual y único para evaluar el tratamiento a distintos territorios y su evolución.

El impacto de las inversiones ferroviarias (el corredor mediterráneo en posición destacada) es el motivo fundamental para que la C. Valenciana progrese en el reparto de las inversiones estatales con respecto al año pasado. También la previsión para el túnel pasante de València o la lista de obras en carreteras son suficientes para que, al menos, el PP valenciano dé por buenas las cuentas del Gobierno.

Isabel Bonig firmó el año pasado una declaración conjunta de los grupos de las Corts que expresaba «el más absoluto rechazo» de la Cámara a las inversiones previstas para el territorio valenciano. Aquello le valió el rapapolvo de Génova y numerosos problemas internos. Este año no va a pasar lo mismo y el entorno de la presidenta del PPCV loaba ayer «la sensibilidad» del Ejecutivo de Rajoy «dadas las circunstancias». «Se han portado bien», era el mensaje.

Las principales objeciones a los 740 millones surgen cuando se obtiene el reparto per cápita. Cada valenciano sale a 149,8 euros con la cifra prevista de inversiones. Solo Canarias (133,5) y Navarra (87,7) salen peor parados. La C. Valenciana, con todo, era la última de la cola autonómica el año pasado, con 119 euros. El aumento es de 30,8 euros. Notable.

Pero no tan notable como que el registra la media española, que ha pasado de 185 euros a 217,4 (32,4 más). En consecuencia, la brecha entre el dinero previsto por valenciano y la media estatal crece. Pese al aumento en términos absolutos. Este dato hacía sangrar especialmente ayer en el Palau de la Generalitat, que incidía en que la Comunitat Valenciana continúa en el furgón de cola.

344 millones de diferencia

Con estos datos, el territorio valenciano necesitaría más de 344 millones adicionales para que el dinero en inversiones se correspondiera al peso de la población: 4,9 millones de habitantes, que son el 10,9 % del total de España. Esa proporción es la que aparece recogida como reivindicación en el Estatut d'Autonomia aprobado en 2011 que aún espera su tramitación en el Congreso de los Diputados. Algo lejos queda aún.