La Policía Nacional ha detenido a dos hombres de nacionalidad colombiana al desmantelar un pequeño laboratorio en un chalé de Castelló donde se estaba transformando pasta base de coca -el primer estadio tras el procesamiento de la planta- en clorhidrato de cocaína -la sustancia en polvo ya lista para el consumo-, al estilo de las grandes factorías diseminadas en la selva amazónica donde se produce la mayor parte de la cocaína que se consume en todo el mundo.

Se trata del primer laboratorio de estas características en Castelló y su presencia fuera del eje productor por antonomasia -Colombia, Bolivia y Perú- es muy poco habitual, ya que el proceso químico requiere de precursores muy vigilados y de especialistas que normalmente se desplazan desde Colombia con ese único objetivo.

En la vivienda, un chalé aislado en una zona de montaña próxima a la capital de la Plana, los agentes de la Udyco de València y de Castelló detectaron la presencia del laboratorio, y organizaron su asalto el pasado miércoles. En el interior, localizaron 200 litros de distintas sustancias y compuestos químicos -entre ellos, gasolina y cemento- que les hicieron sospechar que no se trataba de un punto de adulteración de cocaína -para cortarla y obtener más cantidad con una calidad inferior-, sino de fabricación a partir de pasta base.

Los agentes encontraron finalmente la pasta base mezclada con una sustancia granulada de color ocre brillante que en los primeros análisis no dio como resultado que se tratase de cocaína. Al repetirlo con otros detectores, supieron que era pasta base y que buscaban convertirla en clorhidrato.

De hecho, ya habían producido diez kilos de estupefaciente listo para el consumo, envasado en pequeños paquetes, y tenían más clorhidrato de cocaína disuelto en un bidón, en el que sólo faltaba la última fase: dejar precipitar la mezcla para separar el clorhidrato del solvente utilizado.

Los dos detenidos, uno de ellos considerado el «químico» -el responsable de la fabricación de la droga-, son colombianos y tienen 38 y 46 años de edad. Los agentes mantienen abierta la operación, ya que se sospecha que hay más personas implicadas, tanto en la elaboración del estupefaciente como en su distribución, a media escala, en València y otros puntos de la Comunitat Valenciana.