Gabriel Echávarri formalizó ayer su dimisión como alcalde de Alicante. El dirigente socialista renunció a su cargo de manera oficial a primera hora de la mañana a través de un escrito que presentó un miembro de su gabinete en la secretaría del pleno del Ayuntamiento de Alicante.
Así, más de mil días después de asumir la alcaldía a mediados de junio de 2015, Echávarri renunció a la vara de mando, y también a su acta como concejal, forzado por su partido ante los dos procesamiento judiciales por presunta prevaricación, uno relativo al supuesto fraccionamiento de contratos en el área de Comercio y otro por el despido de una trabajadora del ayuntamiento, que a su vez es cuñada del portavoz municipal del PP, Luis Barcala.
En su último día como alcalde, la Fiscalía de Alicante pidió para él diez años de inhabilitación por un delito de prevaricación por el despido de esta empleada, según confirmaron fuentes cercanas al caso. El escrito de acusación se presentó ayer por la mañana al juzgado, cuando aún está pendiente de resolver el recurso de apelación por parte de la Audiencia sobre el procesamiento del ex primer edil.
La juez consideraba el despido ejecutado por Echávarri como «una evidente, flagrante y clamorosa desviación de poder, dando apariencia de legalidad a la voluntad del alcalde que se erige como fuente de Derecho y ejerciendo sus facultades de forma manifiestamente arbitraria». El despido se produjo como una supuesta «represalia» después de que el PP denunciara en la Fiscalía a Echávarri por el caso del fraccionamiento de contratos en la concejalía de Comercio.
Su relevo, en el aire
Certificada la marcha de Echávarri, ayer mismo se convocó para hoy el pleno municipal en el que se dará conocimiento de la renuncia, en un intento por acelerar el relevo en la alcaldía. Se abre entonces un periodo de diez días naturales para la convocatoria del pleno de investidura, en el que se elegirá a un nuevo alcalde para los próximos catorce meses.
Con la vista puesta en la investidura, la socialista Eva Montesinos, delfín de Echávarri, prevé continuar esta semana con la ronda de contactos que inició con Guanyar y Compromís. Están confirmadas para hoy sendas reuniones con los concejales tránsfugas (Nerea Belmonte y Fernando Sepulcre). Según pudo saber este diario, este último, procedente de Cs, se inclinaría ya por apoyar la investidura de Montesinos y obtener así el voto que falta de los 15 solicitados.
A falta de una confirmación oficial, también se han planteado contactos con Ciudadanos. Todavía están en el aire, pero las tres fuerzas de la izquierda tienen depositadas sus esperanzas para intentar que los tránsfugas no sean decisivos en el intento de bloquear el regreso del PP a la alcaldía de Alicante.
Si Montesinos no lograra los 15 apoyos (entre los votos del PSOE y los de sus exsocios de gobierno suman 14), el ejecutivo local recaerá en manos de los populares, que fueron la fuerza política más votada en mayo de 2015.
Enigma Ciudadanos
La formación de Albert Rivera anunció ayer que no tiene ninguna intención de dar un «cheque en blanco» al PSOE, aunque matizó que tampoco lo hará con el PP. Su postura, al igual que la de los tránsfugas, puede ser clave en el pleno de investidura.
Hasta ese día, la socialista Eva Montesinos ejercerá como alcaldesa en funciones, tal como viene haciendo desde que el pasado 23 de marzo Echávarri anunciase su dimisión en diferido, con fecha del 9 de abril, y delegara sus funciones en su «número dos».
Montesinos compareció ayer y apeló a la responsabilidad de los partidos para facilitar su investidura. «Estamos pendientes de si Ciudadanos se quiere sentar o no con nosotros», indicó, y pidió que votaran «lo mismo que en 2015», ya que la formación naranja apoyó la investidura de Echávarri. Cs replica que, tras la experiencia del exalcalde, las condiciones han cambiado.
