La directora general de la Infancia y la Adolescencia, Rosa Molero, ofreció ayer una versión aproximada del caso del centro de acogida de menores proyectado en Paterna. Y lo hizo ante más de cuarenta representantes de vecinos, colectivos y asociaciones convocados por un grupo de trabajo formado por casi veinte entidades, que está a favor de su instalación prevista en Montecanyada y que ahora se encuentra bloqueada por la suspensión de licencias aprobada por pleno a instancias del PSOE con el alcalde Juan Antonio Sagredo al frente. La dirigente fue contestando una a una a todas las preguntas que formularon los asistentes.

Molero reveló que no fue la conselleria la que escogió el lugar sino que es la adjudicataria la que lo decide. "Una vez la entidad ha elegido un lugar, los técnicos de la conselleria lo visitan para comprobar la ubicación", apuntó. En todo caso y ante el rechazo de los vecinos de la urbanización -ausentes en la cita pese a que estaban invitados- a que se ubique allí el centro, preguntó: «¿Es que esos vecinos no tienen hijos? Y viven allí, ¿no?» En este sentido, la dirigente de la conselleria de Políticas Inclusivas aseguró que «no se puede someter a una participación ciudadana los derechos de los menores».

La dirigente admitió que en este momento «el centro está en stand by. Aunque tal como ha avanzado la polémica sobre este centro, Molero no escondió que habría que enfriar esa posible ubicación porque «una mosca que se posara sobre un coche, se acusaría a estos niños».

La directora general quiso hacer una clara distinción y que «nada tiene que ver» entre los centros de acogida y los centros socio-educativos, destinados a jóvenes que tiene problemas con la justicia. Molero señaló que «son nuestros niños y tenemos que protegerlos y garantizarles el desarrollo comunitario y que hasta ahora no han tenido la oportunidad de crecer en un ambiente como el que tiene ser». La dirigente no ocultó que «claro que habrá algún chico o chica que genere un problema. ¿Y dónde no?», sentenció.