El cartel del PP para la ciudad de València seguirá sin imagen durante al menos unos meses más, pero, el baile de aspirantes parece haber vuelto a la casilla de salida con alguna que otra alta y baja. El adiós de Mariano Rajoy, que ya no estará cuando se tome la decisión (corresponde formalmente al comité electoral nacional, es decir a Génova) abre aún más el abanico de posibilidades y, llegado a este punto, nadie puede ser descartado, ni si quiera quien ya lo había sido.

Algunas voces en el PP valenciano coincidían ayer en que el exconseller y actual portavoz del grupo popular en Europa, Esteban González Pons, podría ser movilizado, llegado el caso, para tratar de recuperar la alcaldía de València y recomponer un partido que ha quedado triturado tras la operación Taula y la desaparición de la exalcaldesa Rita Barberá, quien controló con mano de hierro el partido durante décadas.

No es ni de lejos el escenario que González Pons tiene en mente y de hecho, durante mucho tiempo se ha resistido a esta opción. Mariano Rajoy quería un peso pesado para la capital, pero parece que entendió las razones de González Pons para quedarse en Europa, un lugar donde el valenciano se mueve ya como pez en el agua y donde tiene una prometedora carrera. La aspiración de apuntalarse en Europa no tiene por qué quebrarse, pero sin Rajoy en la Moncloa ni en la calle Génova, todo puede cambiar y para todo el mundo. Que ya no haya ministros del PP puede ser una ventaja o una desventaja, para González Pons, según se mire. En principio, podría tener más opciones para encabezar la lista europea, algo que no pudo lograr hace cinco años, ya que Arias Cañete encabezó la lista. Con todo, Cañete tenía apalabrado ser comisario, lo que dejó paso a González Pons para ser el jefe de la delegación española. En 2019 (las europeas coinciden con las municipales) no habrá comisario que repartirse (será para el gobierno del PSOE) ni ministro. Ahora bien, sí muchos (entre ellos, suena el nombre del exministro de Educación, Íñigo Méndez de Vigo,) excargos que aspiren a ser el cartel. Todo dependerá del sucesor o sucesora de Rajoy. Si, como parece, es el gallego Alberto Núñez Feijóo el heredero, es difícil hacer una predicción. González Pons es de los pocos valencianos con una relación estrecha con el presidente gallego (el otro es el expresidente Alberto Fabra), lo que puede jugar a favor o en contra.

Ya sea Feijóo, ya sea otra persona, su primer prueba de fuego son las autonómicas y municipales, por lo que es lógico que la persona que lidere el PP después del congreso extraordinario (previsto para julio) apueste fuerte en las candidaturas. Algunas fuentes del PPCV no veían descabellado que Génova volviera a mirar a Pons, quien podría combinar candidatura a València con otro puesto de salida (no el uno) en Europa. Tampoco es descartable que Pons, de la misma generación que Nuñez Feijóo, sea reclutado de nuevo para relanzar el partido desde la sala de máquinas de Génova.

Otras voces en el PPCV creen que con el relevo en Génova, Bonig puede tener más margen de maniobra ya que quien suceda a Rajoy podría dar ese voto de confianza a la dirigente regional. Aunque ante de la caída de Rajoy, el asunto del cartel de València seguía abierto, había ya ciertas negociaciones avanzadas y un cierto tira y afloja entre la dirección regional y Génova. La apuesta «oficial» de Eusebio Monzó se enfrentaba a la de la diputada Maria José Català y el delegado de Gobierno, ambos con valedores en Génova. Uno de ellos se apea de esta carrera ya que en breve tendrá que dejar la delegación. Sin el cargo pierde la visibilidad. El PP espera tenerlo decidido en enero de 2019.