Paleodieta, dieta catogénica, «real food»... Son conceptos que se han metido de lleno en el mundo del deporte y sobre los que pesan muchos bulos, mitos y estudios más o menos científicos que navegan por internet y las redes sociales. Para desmontar algunas de estas falsas creencias, el dietista-nutricionista Ramón de Cangas ofreció una charla ayer la Universidad de Alicante orientada a deportistas.
De Cangas dedicó buena parte de su charla a la denominada paleodieta, muy extendida en la actualidad, incluso entre quienes no practican deporte. Una forma de alimentarse basada en lo que comían nuestros antepasados en la época Paleolítica, cuando el hombre era cazador-recolector. «No voy a negar que es una dieta saludable, porque elimina los ultraprocesados, pero también prescinde de otros grupos de alimentos interesantes desde el punto de vista nutricional, como los cereales, las legumbres o los lácteos con el argumento de que no estamos adaptados evolutivamente». Frente a la paleodieta, De Cangas apuesta por la dieta Mediterránea, «con una gran evidencia científica a sus espaldas» y desmonta algunos de sus preceptos. «Dicen que somos el único mamífero que toma leche en la etapa adulta, pero hace 4.000 años que se produjo la mutación genética que nos permite consumir leche más allá de la infancia, lo que demuestra que los genes no son inamovibles».
En los últimos meses las redes sociales parecen también dividirse entre los partidarios de los zumos naturales de frutas y sus detractores, que alertan de su elevado aporte de azúcar. De Cangas aconseja en este sentido no ser radical. «Obviamente no es lo mismo un zumo que comerse la fruta entera, ya que esta tiene muchos más aportes, como la fibra. Pero de ahí a decir que el zumo no es más que agua con azúcar, como muchos tratan de hacer ver, hay un trecho». Este profesional señala que los estudios que se han hecho sobre la cantidad de azúcar que se ingiere se basan en población americana y mexicana, «donde no se bebe agua y se pueden llegar a consumir dos litros de zumo al día por persona». Un vaso de esta bebida con el desayuno es, a su juicio, una opción preferible a no consumir fruta.
Y precisamente el desayuno también genera controversia. ¿Mejor hacerlo o saltárselo? «No es imprescindible, pero sí preferible». De Cangas aconseja en este sentido hacer lo que mejor se adapte a las preferencias y necesidades de cada persona. «Un estudio puso de manifiesto que el 23% de los niños desayunan bollería. En muchos casos es la misma cabezonería de los padres, que se empeñan en que desayunen sí o sí, la que hace que finalmente coman este tipo de productos, cuando en estos casos sería preferible que no tomaran nada».
También el ayuno se ha puesto de moda entre los deportistas bajo el argumento de que ayuda a perder grasa y mejora los niveles de rendimiento deportivo. Una práctica que, a juicio de De Cangas no es la panacea. «Los estudios concluyen que tiene beneficios y que, efectivamente ayuda a perder grasa sin que se pierda masa muscular, pero tampoco son unos resultados que difieran mucho de los métodos tradicionales». Unos pobres beneficios, que «además no casan bien con los hábitos de muchas personas».
Barritas energéticas, cereales, batidos... los lineales de los supermercados se han llenado en los últimos meses de productos «fit». Alimentos que a veces esconden trampas entre sus ingredientes. «Que sea fit no quiere decir que sea sano. Por ejemplo, algunas barritas energéticas contienen mucho azúcar y aceite de palma», señala Ramón de Cangas. Y es que a veces no hay que calentarse tanto la cabeza. «Siempre digo que la mejor barrita energética es un plátano».
