La Confederación Empresarial de la C. Valenciana (CEV), uno de los tres patronos del Tribunal de Arbitraje Laboral (TAL), la fundación a la que el número tres de la Conselleria de Transparencia hacía fotos el viernes desde el jardín del edificio que comparten ambas instancias (el de La Cigüeña en el Paseo de la Alameda de València), confirmó ayer a Levante-EMV la existencia de «quejas por presiones de este hombre».

La disputa por el espacio que ocupa el TAL, en el edificio de la antigua clínica de maternidad construido en 1951 por el arquitecto Antonio Gómez Davó, parece que viene de hace unos meses. La Conselleria de Economía y la de Transparencia comparten este espacio que también fue sede de la Conselleria de Agricultura y que algunos consideran «encantado» porque tiene hasta su fantasma particular, «la dama de Rosa», de cuya supuestas apariciones se hizo eco la prensa en los años noventa.

El «incidente de seguridad» recogido por operarios del TAL, adelantado ayer por Levante-EMV, no se hacía eco de ninguna aparición fantasmagórica. Pero sí de la «existencia de ruidos, apertura de ventana y persiana y lo que viene a ser el sonido del obturador de una cámara de un teléfono móvil» registrados a las 13.40 horas del pasado viernes. La trabajadora que trasladó los hechos a la responsable de seguridad llegó a ver al «subsecretario de la Conselleria de Transparencia, con su móvil en la mano corriendo por el jardín».

Desde la Conselleria de Transparencia aseguran, no obstante, que «ni hubo espionaje» por parte de su número tres, «ni salió corriendo». Desde el departamento que dirige Manuel Alcaraz admiten la presencia de Alfonso Puncel en las proximidades de los despachos que ocupa el TAL porque «existe un problema de seguridad recurrente porque se dejan las ventanas abiertas» y, explica, el número tres de Transparencia se acercó a cerrarlas mientras preguntaba en voz alta: «¿Hay alguien ahí?». Una pregunta a la que no obtuvo respuesta. «Ni tampoco vio a nadie», destacan desdeTransparencia quienes señalan que «no hay más incidencia que esa».

El conseller Manuel Alcaraz se mostraba ayer sorprendido por el alcance del incidente. «A quien apaga las luces de un edificio que se han quedado encendidas tampoco se le hace un parte», ironizó en conversación telefónica con Levante-EMV.

Por la mañana, Alcaraz también fue preguntado por este incidente cuando presentaba junto al conseller de Hacienda y Modelo Económico, Vicent Soler, el nuevo visor presupuestario de la Generalitat que se incorpora como herramienta de transparencia en el portal GVAOberta.

Justificó que Puncel hizo una fotografía aprovechando una «ventana abierta» ya que Transparencia busca ampliar sus infraestructuras y está «mirando espacios cercanos» donde ubicar nuevos despachos «porque se han creado estructuras autónomas dentro de la conselleria, aparte de su natural crecimiento, como una Oficina de Conflicto de Intereses o la Oficina de Protección de Datos, o incluso el Consell de Transparencia que no tiene despachos propios y le hemos prometido y entonces se estaba mirando».

Aunque más allá de estas explicaciones del «fotoespionaje», Alcaraz se mostró «incapaz de interpretar cual pueda ser el significado político de ese hecho». Y anunció que «si existe un informe o una denuncia que oficialmente me llegue a mí, que no me ha llegado, ordenaremos una investigación o algo suplementario», apuntó.