«Debemos acelerar y debemos hacerlo ya». Esta es, posiblemente, la frase que mejor resume el sentimiento del movimiento Quiero Corredor, respecto al avance de las obras del Corredor Mediterráneo y las previsiones sobre los tramos que aún quedan por realizar.

Ayer, este movimiento empresarial y social presentó en València los resultados del I Chequeo Semestral del Corredor Mediterráneo 2018, tal y como se habían comprometido. Se trata de hacer efectivo su papel como «vigilantes» de que el Gobierno cumple los plazos y las inversiones previstas y, por otro lado, realizar un análisis técnico de la situación, para lo que se contó con los técnicos ferroviarios Francisco García Calvo y Xavier Lluch, en un acto al que no asistió ningún representante político. En la mesa redonda también participaron Federico Félix (presidente de Pro AVE y vicepresidente de Ferrmed) y Salvador Navarro (presidente de la Confederación Empresarial Valenciana).

Vicente Boluda, presidente de la Asociación Valenciana de Empresarios (AVE), afirmó que el Corredor «está en marcha, pero Murcia y Andalucía necesitan una apuesta más decidida», ya que son las dos comunidades autónomas con más proyectos por licitar o realizar.

No obstante, según se apuntó en el acto realizado en el Hotel SH Valencia Palace, con los compromisos del Gobierno se prevé que en 2023 Algeciras ya esté unida con la frontera francesa y, así, con 3.500 km hacia el resto de Europa, ya sea con la obra nueva finalizada o con el tercer hilo provisional. Con esto, el mapa ferroviario español además de ser radial, con centro en Madrid, se convertirá también en circular.

Para que su buen funcionamiento sea posible, antes deberá solucionarse el «cuello de botella» que supone el túnel pasante de València, que en la actualidad es el único tramo en fase de estudio. Según los plazos, las obras deberían empezar en 2020 y finalizar en 2025, aunque se espera que el Corredor esté completo dos años antes.

García Calvo explica que el túnel de Serrería está «al borde del colapso» y que se convertirá en «el cuello de botella más importante después del de Lyon», al situarse justo en el centro del Corredor. Boluda considera que este es uno de los «fallos de planificación» de la construcción de la infraestructura y considera «una barbaridad» que «se deje para el final y con plazos tan largos», aunque destaca que al menos está previsto solucionarlo, lo que no era así hasta hace poco tiempo.

Otras de las reivindicaciones valencianas pasa por acabar con el «nudo» de La Encina. «De Moixent a Murcia queda poco por hacer; se podría acabar antes de 2020, porque está muy avanzado, con tramos que tienen hasta la catenaria instalada», explica García Calvo. «Este nudo es difícilmente entendible», asegura, por lo que aboga por hacer «presión» para agilizar los trabajos.

Asimismo, las patronales reclaman la conexión del Aeropuerto Alicante-Elx con las líneas de alta velocidad y el tramo València-Alicante por la costa, por tratarse de zonas turísticas y porque conectaría las tres capitales de provincia valencianas. «Es una irracionalidad absoluta que la tercera ciudad de España no esté conectada con la cuarta», apuntó Navarro. Para Félix es una situación «vergonzosa» y considera que «en cualquier otra comunidad o provincia estaría resuelto». «Son temas políticos» y «políticamente nunca hemos pintado una mierda», reconoce.

En cuanto a la situación en Cataluña, la mesa explicó que en 2020 se prevé que el tramo Castellbisbal-Tarragona cuente con ancho internacional en las vías y que la variante de Vandellós -otro «cuello de botella»- también debería estar lista para ese año. Además, la semana pasada el Consejo de Ministros aprobó licitar las obras para mejorar el gálibo en los túneles de la AP-7 y mejorar los accesos a los puertos, detalló Xavier Lluch.

En Murcia, «no pasa el tren y parece que tampoco el tiempo». La segunda fase de soterramiento de las vías va a licitarse, mientras los movimientos vecinales piden que esto sea completo. También hay problemas con el soterramiento en Cartagena, y está pendiente la licitación del tramo Murcia-Almería. Asimismo, los expertos apuntan que debería hacerse un «by-pass» en Cartagena, para que los trenes puedan dirigirse a Alicante sin necesidad de retroceder hasta Murcia.

Por último, Andalucía es, según Quiero Corredor, «la gran olvidada». La alta velocidad se encuentra fuera de plazo y en pruebas entre Antequera y Granada, pero a partir de Almería las conexiones solo se prevén en el interior. A pesar de esto, los compromisos apuntan que Bobadilla-Algeciras puede estar terminado en 2020 y electrificado en 2021 y en 2023 Algeciras ya debería formar parte de la red ferroviaria.

Gran acto en Barcelona

El 27 de septiembre tendrá lugar en Barcelona un gran acto empresarial, en el que el movimiento pretende congregar a más de 1.500 patronos y representanes de la sociedad civil de toda España. «Es muy importante que nos vean a todos unidos, reivindicando lo mismo», afirma Boluda. Además, la próxima semana, el autobús que ya ha recorrido diferentes ciudades llegará a Castelló (13 y 14 de julio), con el objetivo de movilizar a la ciudadanía.

Boluda explicó ayer que el movimiento ha logrado la implicación y unidad empresarial, y que esto, junto a la concienciación social, ha hecho que también exista, al final, «voluntad política».

El presidente de AVE también reveló que ya ha mantenido una reunión con José Luis Ábalos, ministro de Fomento, de quien afirmó que es «conocedor de cómo estamos» y quien asegura que le transmitió «que no van a parar las licitaciones y obras programadas».

Para Federico Félix, la situación del Corredor es incomprensible, al tratarse de una zona turística, agrícola y con empresas exportadoras. En esta línea, Salvador destacó que el Mediterráneo es el «primer puerto de entrada natural a Europa» y que una buena conexión ferroviaria supondría «un ahorro de siete a ocho días con respecto a la entrada por el arco Atlántico» y un ahorro del 30 % de los costes de transporte de mercancías por carretera. Asimismo, el arco este de España recibe al 50 % de los visitantes del país, que también se podrían beneficiar de la alta velocidad.