Cerca del futuro campus de Burjassot, en el barrio de Campanar de València frente al Bioparc, la UCV estuvo en 2011 a punto de construir una facultad de Medicina y una clínica universitaria en un solar municipal de 13.000 m2 destinado a uso escolar. El ayuntamiento, gobernado por el PP, aprobó el cambio de uso del suelo y lo cedió por 75 años a la universidad del arzobispado pese a la gran protesta vecinal que suscitó. Al tratarse de una concesión, lanzó un concurso público que ganó la UCV, pero que el grupo sanitario Nisa, que también se presentó, denunció. El contencioso bloqueo el proyecto hasta que en febrero de 2016 la justicia resolvió en contra de Nisa. Entonces el nuevo ayuntamiento del tripartito Compromís, PSPV y Podem, contrario a la modificación urbanística, dio carpetazo al proyecto al entender que la UCV había desistido.