El curso 2018-19 que empieza el lunes para los estudiantes de todos los niveles será recordado como el que más profesores tiene en la historia del sistema educativo valenciano. En concreto, un total de 69.871 docentes velarán por la educación en las aulas, que este curso tendrán una ratio media de 21,9 alumnos, frente a los 25,2 a los que se llegó en la anterior legislatura.

Estos son algunos de los datos que ayer desgranó el conseller de Educación, Vicent Marzà, junto al secretario autonómico, Miguel Soler, en la presentación del nuevo curso, que tendrá 1.000 docentes más que el récord alcanzado en 2009-10.

A pesar de que en 2018-19, el número de alumnos de segundo ciclo de Infantil, Primaria, Secundaria, Bachillerato y FP permanece prácticamente estancado (776.559, un 0,2 % menos que el curso pasado, es decir, 1.447 menos), la educación valenciana está «en moviment» -según apunta el lema de la conselleria-y se dirige hacia una atención más personalizada del alumnado, sin olvidar las «urgencias sociales», así como la reversión de los recortes del Real Decreto de 2012, cuya derogación ya ultima el Gobierno.

Un docente por cada 11 alumnos

Así, el 63 % de las aulas que perdieron la figura del tutor generalista lo recuperan este curso, muchos a través de las horas que se incluyen en el Programa de Actuación para la Mejora (PAM), que también adjudica docentes para tareas de refuerzo, especialmente de competencia comunicativa oral en Inglés, Valenciano o Castellano. Contabilizando este profesorado y los especialistas, el sistema cuenta con prácticamente un docente por cada 11 alumnos y alumnas, 1.544 más que el curso pasado y 6.051 más que el último curos planificado por el PP.

Según Marzà, esto demuestra «una apuesta clara para poder atender mejor al alumnado». Y es que, estos datos permiten que un 90 % de las aulas de Primaria tenga menos de 25 alumnos y el 97 % de las de ESO esté por debajo de los 30.

En Infantil el 100 % de unidades tienen 25 o menos escolares. Según los datos que repasó el conseller, el Govern del Botànic ha creado 1.801 aulas nuevas en cuatro cursos, frente a las 528 «destruidas» en la anterior legislatura popular. En concreto, este curso han abierto 393 nuevas unidades, que se suman a las 535 de 2017-18.

Uno de los datos de los que más se enorgulleció Marzà fue de los 44.302 menores escolarizados en la red de escoletes de 0 a 3 años, una de las mayores apuestas de la conselleria. Esto supone 6.050 más que en 2014-15 (38.252), a pesar de la continua caída de la natalidad.

«Somos prácticamente el único territorio que apuesta por aumentar esta escolaridad», destacó. En el caso de las aulas gratuitas, el ahorro de las familias es de 2.000 euros por curso, y para las que cuentan con bono infantil, el precio se ha reducido entre 800 o 1.400 euros por curso, calculan.

Asimismo, la inversión total por alumno aumenta hasta los 5.907 euros, un 4,2 % más que en 2017-18 y un 17 % más que en 2014-15, y se acerca a la media estatal «pese a la infrafinanciación». Esta inversión incluye Xarxa Llibres (programa en el que participa un 13 % más de alumnos, 424.636 en total) y las becas de comedor, con un presupuesto de 71,8 millones de euros, del que se benefician 127.000 alumnos y alumnas (un 45 % más que hace cuatro cursos).

«El comedor es una necesidad»

Para Marzà, garantizar el servicio de comedor es vital: «Estas ayudas llegan cada día a más gente y de forma significativa; quienes hemos estado en una clase sabemos que hay esa necesidad y que para algunos alumnos es la única comida digna al día». Con el banco de libros y estas ayudas, la conselleria calcula que la mayoría de familias se ahorran entre 705 y 358 euros por estudiante, y aquellas con menos recursos no han de realizar ninguna inversión.

Por otro lado, además de la atención del alumnado, también hay que garantizar la calidad de las infraestructuras en las que se forman.

El Pla Edificant para la rehabilitación y construcción de nuevos centros también crece de cara al nuevo curso. Según los datos que aportó Soler, un total de 96 ayuntamientos ya tienen delegadas las competencias para actuar en 203 centros, a los que ayer se sumaron cuatro más. En total, la inversión será de casi 270 millones de euros (264,3 más el coste de las últimas incorporaciones), de los que 201,5 se destinarán a la construcción de 47 colegios o institutos nuevos.

Para llevar a cabo estas mejoras u obras, en 2018 se han adjudicado 87 millones de euros, un 580 % más que en 2014-15, cuando la inversión fue de 15 millones.

Tanto Marzà como Soler aseguran que la educación debe dirigirse hacia un trato cada vez más personalizado del alumnado. «Los alumnos son diversos y necesitan actuaciones diferentes para dar una respuesta adecuada, y los centros también lo son», apuntó el secretario autonómico.

Por esto, también apuesta por dar «mayor autonomía a los centros», en materia horaria; organizativa -para lo que preparan una nueva normativa-; y de gestión económica, ampliando el dinero del que pueden disponer: desde los 9.000 a 12.000 euros por año académico de 2014, hasta el margen de los 50.000 a 80.000 euros actuales.

«Todo el alumnado es diverso»

Del mismo modo, la conselleria también trabaja para que no haya «centros gueto» que aglutinen el mayor porcentaje de alumnado con dificultades, por lo que debe haber un equilibrio en todos los centros públicos y concertados, matizó Soler.

En esta línea, el secretario autonómico aseguró que no hay alumnado «normalizado». «Todo el alumnado es diverso, diferente y no hay un modelo típico», además, destacó que la mayoría de los problemas que se detectan «no tienen un origen dentro del marco escolar, por lo que no pueden resolverse solo en el ámbito escolar». Por esto, Soler reclamó avanzar hacia una mayor coordinación entre Administraciones.

En cuanto a innovación educativa, la tendencia es generalizar el trabajo en proyectos interdisciplinarios y por ámbitos. «No se pueden introducir los nuevos conocimientos que surgen en nuevas materias, porque los alumnos de ESO tienen más asignaturas que años, es algo que en algún momento tendremos que solventar», matizó.

En el cuarto curso del Botànic, «ya vamos por el camino de la Educación que nos gusta, aunque siempre hay que estar en continuo movimiento», reconoce Marzà.