El PSPV y Jorge Rodríguez se han salido con la suya y el alcalde de Ontinyent continúa en la carrera para renovar el cargo como candidato socialista. Así será, según lo acordado la semana pasada con Ferraz, mientras no se levante el secreto del sumario de la Operación Alquería, por la que está investigado el exportavoz del PSPV, o este no revele hechos «éticamente reprobables vinculados a una acción delictiva». En ese momento, la dirección de Ximo Puig se reserva la posibilidad de cerrarle la puerta.

Blanqueries confía en que, si se llega a esa situación, sea el propio Rodríguez quien dé un paso a un lado, a pesar del apoyo popular del que continúa gozando en Ontinyent. Es lo que los responsables de la federación valenciana han apalabrado con el alcalde.

Tienen la convicción, aseguraron ayer fuentes del partido, de que Rodríguez cumplirá si llega el caso, porque cuentan con el antecedente del 27 de junio. El día de la «aparatosa» detención del joven político y su equipo, la dirección socialista procedió a retirarle sus cargos y a proponer un sustituto al frente de la corporación provincial. El alcalde de Ontinyent lamentó, así lo decía en la entrevista publicada por Levante-EMV el pasado domingo, que se adoptara esta decisión cuando aún estaba en el calabozo, pero no mostró resistencia alguna y comprendió la situación.

Rodríguez dijo ayer que está «absolutamente tranquilo» ante la posibilidad de que se levante el secreto de sumario y, por ello, se quiere presentar al proceso de primarias: «Si tuviera miedo al levantamiento del secreto de sumario no querría ser candidato».

Así lo indicó tras mantener una reunión en València con la vicepresidenta y consellera de Igualdad y Políticas Inclusivas, Mónica Oltra. Si cuando se levante el secreto de sumario se revelan conductas delictivas o reprobables, «nadie» le indicará el camino a seguir, afirmó. «Nadie tendría que enseñarme el camino porque, por suerte, todavía me quedan dos dedos de frente, pero estoy muy tranquilo», indicó. Y pidió no valorar en clave de pulsos la solución final, sino de «capacidad de diálogo para llegar a acuerdos».