Las declaraciones de Isabel Celáa, ministra de Educación, sobre la posibilidad de, entre otras cosas, implantar una evaluación para el profesorado, han reabierto el debate en el sector de la enseñanza. La ministra hizo la propuesta el pasado lunes, en el foro «Educar para el siglo XXI» -en el que participó el secretario autonómico de Educación, Miguel Soler-, y donde habló de establecer «un proceso de evaluación» periódico para los docentes y una prueba para que a los estudios de Magisterio lleguen «los mejores» alumnos. Asimismo, planteó que se debería mejorar el sistema de prácticas de los docentes noveles.

Francisco Javier González Zurita, de FeSP-UGT, recuerda que este es un tema «recurrente» que «aparece cada cierto tiempo». Explica que más que una evaluación, sería conveniente «acreditar los avances en la carrera docente, teniendo en cuenta los cursos realizados o las especializaciones». Así, «no se penalizaría a nadie», añade.

Sobre que a las aulas de Magisterio lleguen los «mejores» estudiantes, Zurita recuerda que las exigencias deben tener una recompensa, ya que lamenta que «no hay equilibrio entre la dedicación y excelencia que se pide y las retribuciones actuales».

En la misma línea, Roberto Romero, de CC OO, apunta que el sindicato es favorable a las evaluaciones, pero incide en que esta medida debe ir «acompañada de una reforma integral de la formación, el ingreso en la profesión y las condiciones laborales». «Es un error centrarlo todo en esta cuestión», asegura, al tiempo que pide concreción. «No sabemos si sería una evaluación voluntaria, como la del acceso a las cátedras, o sería punitiva como el modelo británico».

Asimismo, en CC OO reiteran la necesidad de mejorar la fase práctica de las oposiciones, «un mero trámite», detalla. No obstante, avisa que «si la intención del ministerio es crear una especie de MIR educativo, estamos en contra, ya que sería trabajo barato y de mala calidad».

Por su parte, Rafael Benavent, portavoz de CSIF, afirma estar «totalmente en contra de valoraciones innecesarias» que «ponen en duda la labor y buen hacer de los docentes». «Nos parece desafortunado e inoportuno en la coyuntura de recortes que aún sufrimos», concluye.

El portavoz del Stepv, Marc Candela, también recuerda que sigue pendiente la reversión del decreto de recortes de 2012, al igual que la Lomce. Explica que rechazan «absolutamente una evaluación externa con consecuencias en las retribuciones, porque crea división salarial por el mismo trabajo».

Por otro lado, sí aprueban que se «tutorice» a todos los profesores noveles y descartan que este sea el momento de plantear un cambio en el temario o modelo de las oposiciones, ya que «rompería los esquemas de los que ya se preparan».

Sobre la necesidad una prueba de acceso a los estudios de Magisterio, desde Stepv parten de la idea de que la «docencia es vocacional». «¿Cómo se mide la vocación? ¿con una prueba? ¿es mejor profesor quien sabe más o el que sabe tratar a los alumnos?», se preguntan.