En sillas de ruedas o en viejas camas del antiguo hospital La Fe y en cualquier hueco posible: apretando el espacio libre entre boxes, entre dos pilares...

Así tuvieron que esperar y ser atendidos los pacientes que acudieron ayer a los servicios de Urgencias del Hospital La Fe, colapsado durante buena parte de la semana por el progresivo aumento de la gripeen la segunda semana del año la tasa de casos se duplicó) y de las infecciones respiratorias relacionadas con el frío.

Aunque la situación durante esta semana había empezado a ser difícil, la de ayer fue una de las peores tardes en lo que se lleva de invierno con cerca de una treintena de pacientes atendidos y en espera de ser reubicados en una habitación.

La gerencia de La Fe decidió de hecho el martes empezar a poner a dos pacientes en las habitaciones individuales del centro, una medida extraordinaria -prevista en el protocolo de contingencia contra la gripe- dirigida a descongestionar las urgencias y poder dar cabida a la avalancha de pacientes, demasiados para las 993 habitaciones individuales del buque insignia de la sanidad valenciana.

Aún así, la situación era «crítica» ayer por la tarde en las Urgencias de La Fe, donde se tuvieron que rescatar incluso camas procedentes del viejo hospital, sin asistencia para ser movilizadas, ante la falta efectiva de recursos.

De reserva en Malilla

Las camas no han sido traídas ex profeso para esta crisis invernal sino que suelen guardarse en el edificio de Malilla para suplir la carencia de camas nuevas, algo bastante habitual desde la apertura del centro. El contratista que en su día surtió a la nueva Fe de camas no se hizo cargo después de la reparación de las que se iban rompiendo, ni siquiera del suministro de piezas, por lo que durante los primeros años el centro perdió parte de estas camas que se fueron sustituyendo con las antiguas traídas del edificio de Campanar.

Según denunciaron en su día los sindicatos, de la vieja Fe (que tenía una capacidad cercana a las 1.500 camas) se llegaron a traer más de 200 de estas viejas camas sin automatizar que se mantienen en el centro «para emergencias» pese a las quejas de trabajadores y de pacientes que ven un agravio comparativo pasar la hospitalización en ellas.

La situación de saturación en las Urgencias se repitió ayer en otros hospitales que están teniendo ya problemas como en el Clínico donde las camas han vuelto a los pasillos tras llenarse al sala de preingreso, preparada especialmente para evitar esta situación. En el hospital de Alzira a mediodía había también cerca de una treintena de personas en Urgencias esperando a tener una cama.