Difícil lo va a tener el president de la Generalitat, Ximo Puig, para cumplir su promesa de revertir a manos públicas antes de que termine la legislatura el área de salud de la Marina, gestionada desde 2009 por las empresas DKV y Ribera Salud a través de la UTE Marina Salud. A mes y medio de que expire el plazo, ayer se truncó una nueva oportunidad de llegar a un acuerdo después de que la socia mayoritaria de la UTE, la aseguradora DKV, declinase acudir a la cita que tenía a tres bandas con Sanidad y su socios.

¿El motivo? Aunque la empresa no ha emitido ningún comunicado oficial parece que la empresa se habría cansado de esperar a una oferta formal por su 65 % del accionariado (la fórmula que tiene el Consell para volver a gestionar directamente el área de salud) y por los años que le quedan de gestión. Así, a sabiendas de que en la reunión prevista para ayer por la mañana, la Conselleria tampoco traería bajo el brazo una oferta oficial, la firma optó por anular el encuentro, anulación que posteriormente trasladó Sanidad a la socia minoritaria, Ribera Salud, el mismo jueves por la mañana.

De esta manera, y hasta que no haya un oferta definida, parece que DKV no tiene intención de sentarse otra vez a la mesa con el Consell y no parece que la administración lo tenga fácil para hacerlo rápidamente. Aunque se había transmitido que para llegar a un acuerdo de reversión o al menos a un preacuerdo inicial no hacía falta cerrar las liquidaciones, finalmente la administración sí necesita cerrar estos balances anuales como paso previo a la negociación.

Cabe recordar que, oficialmente, la concesión por la que la salud de los habitantes de la Marina está gestionada por estas dos empresas expira el próximo el próximo mes de mayo de 2024. Las protestas políticas y vecinales sobre el funcionamiento del área animaron a los miembros del Consell a ponerse el objetivo de hacer en estos cuatro años lo mismo que en Alzira aunque por otra vía, al no acompañar la fecha del fin del contrato.

Si difícil está siendo la negociación con DKV, no menos fácil lo está poniendo Ribera Salud, socio minoritario de la UTE con un 35 % de las acciones. El director general del grupo, Alberto de Rosa, recordó que la ley les asiste y que ellos serían los primeros en optar a la compra de acciones de sus socios si DKV finalmente vendiera. Como condición a desprenderse del paquete y “abandonar” la gestión de la Marina, De Rosa había puesto negociar con Sanidad sobre “todas” las concesiones actualmente en sus manos (Elx y Torrevieja) con el ánimo de llegar a un acuerdo de ampliación de plazos de gestión en el resto de áreas a cambio de dejar la puerta abierta a la administración en Dénia.