La Universitat Politécnica de València (UPV) y la Red Cenit han desarrollado el proyecto no invasivo «T-Room», que es capaz de discriminar a un niño autista de un niño normotípico en un 80 % de los casos con unas pruebas que, a través de la inteligencia artificial y la realidad virtual, se realizan en menos de 60 minutos frente a los tests actuales, que pueden alargarse hasta las 15 horas. Además, se mejora el tratamiento al personalizarlo. Este método se ha dado a conocer con motivo del Día Mundial del Autismo, que se celebra hoy.

Así, lo explicaron ayer el director del instituto I3B de la UPV, Mariano Alcañiz, y el director de los centros de Desarrollo Cognitivos Red Cenit, Luis Abad, en una demostración de este método pionero en el mundo en el diagnóstico del TEA (Trastorno de Espectro Autista).

El proyecto dispone de una habitación en cuyas paredes se ubica un sistema de proyección que muestra las condiciones reales en tres dimensiones para poder hacer una estimulación visual, auditiva y olfativa de una situación determinada. Esta recreación es posible mediante el uso de gafas «Eye Tracking», que permite hacer un seguimiento de mirada del niño, y cámaras que avisan de posibles alteraciones asociadas con este trastorno.