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Puig pide movilizarse contra los «enemigos de la democracia» en el feudo local de Vox

El PSPV celebra el acto central de la campaña en Nàquera, desde donde pide no conformarse con la victoria del 28-A

Puig pide movilizarse contra los «enemigos de la democracia» en el feudo local de Voxlevante-emv

Los socialistas retomaron ayer la campaña electoral tras el parón de dos días por la muerte de Alfredo Pérez Rubalcaba. Lo hicieron para celebrar «la democracia y la libertad», una fiesta que supuso el acto central de la campaña electoral para las europeas y municipales del 26 de mayo, y el lugar escogido no fue al azar. Se celebró en Nàquera, la única localidad en la Comunitat Valenciana donde ganó Vox en las elecciones generales. Por ello, los socialistas transmitieron un mensaje claro: la movilización como llave para conseguir una Europa social, fundamental para que los pueblos puedan transformar la vida de los ciudadanos y en contra de la extrema derecha, «los enemigos de la democracia».

Ximo Puig explicó que el PSPV necesita el mismo respaldo que obtuvo el 28 de abril en las autonómicas y las generales. Lejos de conformarse, hay que evitar «relajarse» y refrendar esa victoria en las urnas europeas y municipales, dos citas electorales estrechamente unidas según la visión socialista, donde se debe pensar «globalmente» para actuar «localmente».

En ambos escenarios hay un adversario: la extrema derecha. Lo explicaron en una localidad de tradición conservadora y con una fuerte presencia del PP en la cartelería municipal, también en el espacio donde los socialistas celebraron su fiesta. En Nàquera solo gobernó la izquierda en la legislatura de 2003 y no terminó el mandato. Lejos de tratar de imponer la visión progresista de izquierdas, Puig insistió en que el debate es «más o menos democracia», que se decidirá el 26 de mayo. «La democracia no es irreversible», insistió, como ha hecho en diversas ocasiones durante las dos campañas para avisar de que los movimientos populistas y ultraconservadores en Europa son una realidad y no se puede «mirar a otro lado».

Alejados de la pugna-izquierda derecha, Puig planteó estos comicios como los que decidirán si la sociedad «va hacia adelante o hacia atrás», y pidió a los partidos conservadores, a nivel europeo pero también local, que no se dejen «arrastrar por los grupos que quieren romper la democracia».

En este punto, la candidata a las europeas, Inmaculada Rodríguez-Piñero, explicó cómo en la última legislatura, los grupos progresistas en el Parlamento Europeo han arrinconado a la ultraderecha con un cordón sanitario. «No contestamos a sus provocaciones, no leemos sus iniciativas. No les queremos allí».

Así lo afirmó en un debate previo a la intervención de Puig, junto al senador Javier de Lucas y el vicesecretario del PSPV, Manolo Mata, quien pidió no «meterse» con los votantes de Vox ni con sus dirigentes, porque eso hizo triunfar a Viktor Orbán y a Donald Trump en Hungría y EE UU.

Los tres debatieron sobre la necesidad de participar en las elecciones europeas y trataron cuestiones como la necesidad de implantar un salario mínimo común a toda Europa, los retos de la tecnología, la inmigración, el seguro de empleo o la una regulación laboral común a los miembros. De Lucas aportó la visión de los jóvenes, preocupados por el planeta que heredarán: «Esa lucha está garantizada con el gobierno de España. Habrá más garantías si dominamos la Unión Europea».

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