El equipo del Instituto de Ingeniería del Agua y Medio Ambiente (Iiama) de la UPV que ha llevado a cabo el proyecto concluye que la aplicación de las directrices europeas, que supuso «un reto» en su día, «está recogiendo ahora los frutos». Inmaculada Romero recuerda en estos últimos veinte años desde su entrada en vigor ha obligado a los países y las comunidades autónomas a realizar todo tipo de estudios sobre la calidad de las masas de agua. «Se empezaron a plantear acciones y se ha actuado, lo que ha permitido avanzar mucho en la conservación medioambiental», destaca.

La actualización de la Directiva Marco del Agua endurece además los requisitos de calidad del agua, algo que afectará más a la zona mediterránea.