El 72 % de las localidades valencianas continúa sin un Plan Acústico Municipal (PAM), «evidenciando que esta sigue siendo una tarea pendiente para la mayoría de los afectados». La ley 7/2002 de la Generalitat Valenciana de Protección contra la Contaminación Acústica obliga a la elaboración de estos documentos para todos aquellos ayuntamientos con más de 20.000 habitantes, cuyo ámbito de acción contemplará todo el término municipal. En 2008 se aprobaron los primeros Planes Acústicos Municipales, y aunque a pesar del incremento sostenido durante el año 2017, el porcentaje se situaba en un 28 %, tal como refleja el informe sobre el Estado del medio ambiente en la Comunitat Valenciana, hecho público hace unos días por la conselleria.
Alzira, Burjassot, Castelló, Denia, Torrent, Xàtiva o València son algunas de las corporaciones que en su día presentaron y tienen aprobado su PAM, cuyo objeto es la identificación de las áreas acústicas existentes en función del uso que sobre las mismas exista o esté previsto, así como la adopción de medidas que permitan la progresiva reducción de sus niveles sonoros para situarlos por debajo de los previstos. Además de un mapa acústico, el plan deberá constar de un programa de actuación, con las medidas a adoptar para mejorar la situación, con una ordenación de las actividades generadoras de ruido implantadas o a implantar, una regulación del tráfico rodado, programas de minimización de la producción y transmisión de ruidos, o el establecimiento de sistemas de control.
La aprobación de una Ordenanza Municipal del ruido podría considerarse una medida de mejora. Desde la conselleria se recuerda la creación de la figura de la Zona Acústicamente Saturada, por los problemas reiterados en un mismo enclave, bien por la existencia de numerosas actividades recreativas, espectáculos o establecimientos públicos, por la actividad de las personas que los utilizan, el ruido del tráfico en dichas zonas o cualquier otra actividad que incida en la saturación del nivel sonoro.
La Ley 7/2002, de 3 de diciembre, de la Generalitat, de Protección contra la Contaminación Acústica regula la declaración de las Zonas Acústicamente Saturadas (ZAS) para el establecimiento de medidas cautelares y correctivas que protejan a la población afectada por estos problemas.
En los últimos años se ha observado un incremento, pasando de una en 2005 a 13 en 2017. Este indicador pone de manifiesto que esta herramienta ha empezado a aplicarse como respuesta a problemas serios de contaminación acústica en la Comunitat Valenciana. Castelló, Peníscola, Benicàssim, Denia, Calp, Cullera, El Perelló, Xàtiva, València y Formentera del Segura tienen declaradas varias ZAS, que suelen coincidir con los puntos de ocio nocturno, los que más problemas de convivencia generan para los vecinos.
