El president Ximo Puig compareció ayer para ser interrogado por el Botànic II, que cuenta con dos conselleries más que en la anterior legislatura. Con ellas, aumentarán también los altos cargos que ocupen secretarías autonómicas, direcciones generales y equipos de asesores, pero para Puig tener 2,5 cargos por cada 100.000 habitantes no es un problema para ninguna economía, y sí lo es, en cambio, «no tener cargos públicos para gestionar bien esos 20.000 millones» de los valencianos.

En un desayuno organizado por la Cadena Ser, despejó dudas y garantizó que el gobierno «tendrá los cargos que sean necesarios para gestionar bien», y afirmó que trabajarán para que haya diálogo y acuerdos con otras formaciones y para que exista colaboración entre instituciones.

En este punto, lamentó que PP y Cs quieran hacer de la Diputación de Alicante un frente contra la Generalitat, tal como los populares han hecho durante esta legislatura.

Puig negó que los recelos de la vicepresidenta del Consell, Mónica Oltra, por el adelanto electoral hayan afectado a la negociación del nuevo gobierno. Aseguró que ambos han mantenido siempre «una relación leal» porque nunca han pensado en ellos mismos, sino en el beneficio de los valencianos.

Reconoció que las discrepancias se producirán en el seno del Gobierno que ahora aúna a tres partidos, como también las hay en gobiernos monocolor, pero cree que de lo que se trata es de saber gestionar la diversidad que han votado los electores y «buscar soluciones a los problemas» y huir de criterios partidistas en la gestión de lo público.

El president, que estuvo acompañado por todos los consellers, también habló de su futuro tras el debate sucesario por la designación de Arcadi España, su mano derecha, como conseller. Preguntado por si se plantea volver a presentarse al cargo, dijo que la legislatura está empezando y cuatro años es «un espacio interminable en política». La decisión no está tomada. La tomará cuando corresponda, igual que la de optar o no a seguir al frente del PSPV.