La presidenta del Consell Social de la Universitat de València, María Emilia Adán, defendió en la entrega de los XXIII Premios Universidad-Sociedad, que la entidad que preside debe «servir como el impulso necesario para el encuentro entre el mundo empresarial y social». «La Universitat de València debe estar abierta a la sociedad y nuestra misión es ser correa de transmisión», apuntó.

Adán hizo hincapié en el «espíritu crítico y la voluntad de mejora» que debe tener la Universitat y su alumnado, que tiene que formarse «con espíritu crítico y en la cultura del esfuerzo» por «una sociedad más justa». Por eso, animó a «no quedarse en la autocomplacencia» y en «seguir estudiando qué es lo que la sociedad nos demanda». Asimismo, destacó que «hay que retener el talento desde el acceso a la universidad», por lo que criticó las desigualdades que puede provocar la selectividad.

En el acto, además de los premiados, también se hizo un reconocimiento a Manuel Broseta Dupré, antecesor de Adán en el Consell Social, «en años de problemas económicos y de gestión». Broseta Dupré recordó la figura de su padre, de quien heredó su estima por la UV, y aseguró que es «urgente y necesaria una reforma del sistema de gobernanza de las universidades públicas». «Perdemos competitividad en un mundo cambiante», dijo, al tiempo que defendió los «valores de la universidad pública» y también tuvo palabras de agradecimiento para el anterior rector, Esteban Morcillo.

En cuanto a los premiados, tomaron la palabra Daniel Pérez, en nombre de los estudiantes, quien dio las gracias al Consell Social por reconocer «la ideas, el trabajo y las inquietudes» del alumnado; y Ana Isabel Lloret, por parte del profesorado, que destacó que son los alumnos quienes motivan a los docentes «a continuar».