Técnicos de Acció Ecologista Agró y Seo Birdlife han retirado en los últimos días más de ciento treinta ejemplares de aves en el Tancat de la Pipa por un presunto caso de botulismo aviar. Los primeros casos de ánades enfermos, en gran mayoría coll verds, se detectaron el miércoles pasado, tal como explica Pablo Vera. En una batida muy rápida se fueron retirando los ejemplares moribundos y otros veinte se trasladaron al Centro de Recuperación de Fauna de El Saler. A falta de que las analíticas confirmen que se trata de esta toxina, Acció Ecologista Agró y SeoBirdlife junto a la Confederación Hidrográfica del Júcar y la Conselleria de Medio Ambiente han optado por aplicar el protocolo de actuación en este tipo de casos y secar este espacio de alto valor ecológico para evitar la propagación del posible brote, adelantaba Vera. No se ha cerrado al público, pues no es una enfermedad contagiosa para las personas.

Este enclave de l'Albufera, ejemplo de recuperación ambiental en los últimos años gracias a un sistema de «filtros verdes», permanecerá seco al menos durante los dos próximos meses. «Es la primera vez que ocurre», explica Vera, quien advierte de que en el caso del botulismo aviar hay que optar siempre por medidas de emergencia para frenar la expansión de una plaga cuyas consecuencias podrían ser catastróficas para el Parc Natural. En una batida por los alrededores del Tancat de la Pipa se hallaron también un par de gacetas enfermas, de ahí la decisión de secar el paraje, primero con el cierre de la entrada del agua y después con el bombeo a través de los motores.

Intoxicación frecuente

El botulismo aviar es una intoxicación frecuente en aves acuáticas de todo el mundo causada por una toxina bacteriana que es frecuente durante los meses en que se disparan las temperaturas, especialmente en humedales con poca profundidad. El protocolo establece que los cadáveres o aves moribundas han de quemarse para evitar la proliferación de moscas y larvas que acaben infectando a otras del entorno. «Aunque no tenemos aún los resultados de las analíticas, hay que actuar de forma rápida», explica Lucía Moreno, de Acció Ecologista Agró, que también ha participado en las tareas de retirada de ejemplares afectados. Desde los dos colectivos ecologistas y conservacionistas se hacía un llamamiento a la calma, incidiendo en que no se trata de algo contagioso para las personas. Solo tiene incidencia en las aves. «No hay que crear una situación de alarma, solo proteger la fauna», reiteraban.