La Diputación de València repartirá al año más de 1,7 millones de euros entre los 31 diputados y diputadas que integran su composición política. La cifra, que podría superar los 3,6 millones de euros si finalmente se cubren las 48 plazas de personal eventual reservadas esta legislatura, supera en más de 100.000 euros los costes de la pasada legislatura.

El gasto en salarios de los miembros de la corporación provincial es consecuencia del acuerdo de pleno del pasado 26 de julio, en el que se fijó la retribución de los cargos públicos, así como del pacto final de quienes tendrán dedicación exclusiva, parcial o sólo cobrarán dietas por asistencia. La letra pequeña de este reparto revela que la nueva diputación que preside el socialista Toni Gaspar contará con un total de 23 cargos con dedicación exclusiva y con un sueldo que oscila desde los 71.281 euros anuales del presidente a los 50.269 que cobrarán los diputados rasos, es decir, aquellos que carecen de funciones específicas. Entre los concejales 'liberados' y con salario máximo en la diputación figura el único integrante de Vox, el edil de Paterna, Joaquín María Alés, que en su condición de portavoz tendrá el mismo sueldo que quienes ocupan vicepresidencias o forman parte del equipo de gobierno: 67.025 euros brutos.

De las 23 exclusivas repartidas, 17 se asignan a los diputados del PSPV y Compromís que forman parte del equipo de gobierno, cuatro al Partido Popular, mientras que Ciudadanos, la Vall (el partido del expresidente Jorge Rodríguez) y Vox tienen una dedicación exclusiva por grupo. Diputados en dedicación parcial al 75 % hay cuatro (tres del PP y la diputada de Compromís Dolors Gimeno) con un salario que va desde los 53.461 euros en caso de estar en el gobierno a los 43.461 si se está en la oposición. Por su parte, el edil popular de València Juan Giner es el único con una dedicación del 25 %, por la que cobra 14.500 euros.

Con todo, la distribución de las exclusivas (hace cuatro años hubo 25 diputados y diputadas con este régimen) saca a relucir un evidente cálculo por parte de los 'afectados' a la hora de optar por una nómina u otra: la que procede del ayuntamiento donde lograron el escaño o la de la propia diputación. La balanza se inclina siempre hacia la nómina más jugosa. Así, por ejemplo las concejalas del Ayuntamiento de València, Glòria Tello (Compromís) y Rocío Gil (Ciudadanos) no cobran salario de la diputación. Según la resolución que firma la diputada de Recursos Humanos, Pilar Molina, sólo tendrán derecho a una indemnización de 1.500 euros por asistencia a plenos y comisiones. Ambas cobran del consistorio del cap i casal, una elección que les beneficia claramente en términos económicos. Así, a Tello, regidora con delegación, le corresponden 74.507 euros, 7.482 euros más que si hubiera cobrado de la diputación. Gil, concejala de Cs en València, también sale ganando. Como edil de la oposición le corresponden 63.500 euros, mientras que como diputada provincial sin delegación, 50.269.

Cobrar de la diputación también sale rentable para los alcaldes con escaño en la corporación. En algunos casos, la propia responsabilidad asignada justifica la elección. Así, por ejemplo, los vicepresidentes socialistas Rafael García y Carlos Fernández Bielsa, alcaldes de Burjassot y Mislata, respectivamente, ven mejorada su nómina en la diputación respecto a lo que les corresponde de sus ayuntamientos. Bielsa cobrará unos 15.000 euros anuales más y García, alredodor de 11.000. También el alcalde de Alfafar y portavoz del grupo popular, Juan Ramón Adsuara, sale beneficiado. Juan Córdoba, de Ciudadanos, es el único diputado provincial sin salario y que sólo cobrará sólo dietas.

Por grupos políticos, el grupo socialista, con 13 diputados, es quien se lleva la mayor tajada de los 1,7 millones de euros: 875.581 euros. Compromís se reparte 254.536 euros; el Partido Popular, 362.832 euros; y Ciudadanos, Vox y la Vall, 67.025 euros cada uno.