«Los profesionales no actúan para mejorar el trato a los médicos porque se ha instalado un cierto desánimo en la profesión», asegura el secretario general del sindicato CESM-CV, Andrés Cánovas. «Se hacen huelgas, pero los políticos no toman medidas para solucionar la situación, lo que hace que los profesionales se resignen», lamenta.
Otro de los mayores problemas a los que se enfrenta la profesión es la precariedad en el sector, basada en contratos «basura», salarios bajos y la inseguridad que se constata en las agresiones a los médicos que «son cada vez más comunes», asegura el médico.
Por una parte, Cánovas denuncia que los salarios han caído más de un 100 % en las últimas décadas. Este hecho ha llevado a que muchos facultativos busquen oportunidades laborales en países de los alrededores, donde «se puede llegar a cobrar cuatro o cinco veces más» que en el Sistema Nacional de Salud.
Los contratos «basura» también son una parte importante del problema. Según Cánovas, «cuando se acaba la especialidad los médicos se quedan con contratos de guardia o investigación; sin embargo, realizan trabajos que no les corresponden y acaban cobrando menos de lo que deberían». Además, los contratos temporales están en el orden del día en el sistema sanitario. Como un dato significativo, el 51% de los médicos de familia firmaron contratos temporales.
El secretario general de CESM-CV destaca también el problema de la seguridad como algo que lastra las condiciones de la profesión, en un contexto en que las agresiones a los médicos han aumentado un 45% de 2016 a 2018.
