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Estudio

El 76 % de los municipios no separa sus aguas residuales de las pluviales

Una auditoría señala el impacto ambiental que supone compartir tuberías en el caso de fuertes lluvias ya que las depuradoras no tienen capacidad para tratar el agua con elevada contaminación

Sustitución de tuberías de una conducción de agua. germán caballero

El 76 % de los municipios valencianos recoge sus aguas residuales -domésticas e industriales- y las de lluvia por el mismo sistema de tuberías. Las redes unitarias suponen ventajas económicas pero tienen un enorme impacto ambiental, pues no pueden asumir la totalidad de las pluviales. La contaminación que se encuentra en las calles en forma de hidrocarburos y otros residuos es arrastrada por la escorrentía, provocando una primera fase de líquido altamente contaminado. El exceso de caudal da lugar a reboses en los aliviaderos y por tanto a una dispersión de los contaminantes sin tratamiento. En caso de lluvias abundantes, ese incremento que llega a las estaciones provoca enormes dificultades en los procesos de depuración por falta de capacidad.

El control de las aguas pluviales exige, según los auditores, que el sistema de saneamiento disponga de unas estructuras de control intercaladas en la red que limiten el caudal de paso hacia la depuradora, a través de aliviaderos o tanques de tormenta. En el primer caso, al no tener ninguna capacidad de almacenamiento no es posible controlar la contaminación de las primeras lluvias. Los tanques de tormenta, al retener un volumen determinado, sí permiten su liberación controlada y coordinada con la depuradora, minimizando los vertidos al medio receptor, así como la llegada de caudales punta a las EDAR. Las nuevas tendencias, tal como recoge el documento, apuestan por un drenaje urbano sostenible con estanques de retención, humedales, zanjas o pavimentos de infiltración. La auditoría llevada a cabo por la Sindicatura de Comptes en 35 municipios valencianos entre 2015-2017 refleja que solo Alfafar y Paterna han ejecutado alguna infraestructura de ese tipo.

El estudio también refleja, entre otras cuestiones, que el 40 % de la red tiene una antigüedad superior a 30 años, con el consiguiente riesgo de perder los niveles actuales de calidad del servicio. Mientras a nivel estatal el porcentaje de red renovada asciende a un 0,6 %, en la Comunitat Valenciana se queda en un 0,2 %. Una de las herramientas que permite a las entidades locales realizar una gestión más eficiente del servicio de alcantarillado es la elaboración de un plan director que permitiría planificar futuras inversiones para optimizar el funcionamiento. De los 36 consistorios analizados, tan solo un 22,9 % tenía a finales de 2017 esa planificación en vigor, frente al 72 % a nivel estatal.

Tecnología para evitar fugas

La auditoría se detiene especialmente en la «creciente obsolescencia» de las redes, lo que agravará el alto nivel de pérdidas de agua - contabilizado en un 30 %- e incrementará los costes de explotación. En ese punto, reclama además de renovar y rehabilitar, apostar por soluciones tecnológicas e incide en que en un entorno caracterizado por el estrés hídrico «resulta preciso garantizar una adecuada gestión de los recursos» con inversión constante.

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