Los presupuestos de la Generalitat Valenciana para 2020 reducen casi un veinte por ciento la partida para mantenimiento de los espacios naturales protegidos. La partida, que en 2019 era de 4.456.000 euros, pasa a ser de 3.700.000 según las cuentas presentadas hace unas semanas por Vicent Soler. Una dotación «claramente insuficiente», según Acció Ecologista Agró, quien no duda en hablar de «desprotección» en el reparto hecho por la Conselleria de Hacienda y Modelo Económico. Y aunque aumenta la inversión en actuaciones de vida silvestre desde los 6.251.000 euros del ejercicio anterior hasta los 9.561.930 para el próximo, el colectivo conservacionista lo considera escaso. «Habría que ver cuál ha sido finalmente el nivel de ejecución real», destaca Víctor Navarro de AE-Agró.

No es la única crítica que realiza el colectivo conservacionista, que afea a la Conselleria de Agricultura y Emergencia climática que mantenga «congelada» la asignación para investigación y asistencias técnicas en 26.300 euros. Una parcela de la que depende la redacción de los Planes Rectores de Uso y Gestión (PRUG) de los parques naturales. Ocho de esos veintidós espacios protegidos, como ya adelantó Levante-EMV el pasado 11 de noviembre, carecen de un documento fundamental que fija, entre otros aspectos, la zonificación, las normas para la conservación, el uso público y la investigación. Enclaves sometidos a presiones urbanísticas como Penyagolosa, Puebla de San Miguel, Sot de Chera, Túria, Serra Gelada, Marjal de Pego-Oliva, Tinença de Benifassà y l'Albufera están sin la herramienta técnica que articula las directrices para actuaciones económicas. Durante la anterior legislatura, el Botànic no aprobó ningún nuevo PRUG ni modificó los existentes, la mayoría redactados en la década de los años noventa.

La Comisión de Territorio de Agró asegura que el presupuesto de la Generalitat «vuelve a infravalorar las necesidades reales de los parques naturales, que un año más recibirán unas inversiones insuficientes para su correcta conservación», según Navarro, que hace unas semanas dimitió como presidente de la junta rectora del Parc Natural de l'Albufera, molesto con la «pasividad» del departamento que dirige Mireia Mollà en la gestión de un ecosistema tan expuesto. Seguir sin PRUG fue una de las causas de su marcha.

«También queremos denunciar que no se someten a la aprobación de las Juntas Rectoras los presupuestos de cada parque, tal comdispone la Ley de Espacios Naturales, ni se publican los mismos en las memorias de gestión desde 2015. Cada parque debería tener su propia partida», según Navarro.