A comienzos de año, À Punt se encomendó a uno de los buques insignia de la última etapa de Canal 9 para insuflar oxígeno a sus pobres índices de audiencia. Pero ni siquiera l’Alqueria Blanca aguanta el tipo en la parrilla de la radiotelevisión pública.
El capítulo 200 de la undécima temporada de la serie, inédito hasta su emisión el pasado miércoles, cosechó un raquítico 1,7 % de cuota de pantalla, el peor dato con diferencia de una producción que llegó a reunir a 600.000 espectadores, con un share medio del 19 % entre 2007 y 2013. Con el pantallazo a negro de hace seis años, cinco capítulos grabados de l’Alqueria Blanca se quedaron colgados, sin poder emitirse. El primero de ellos pudo visionarse el 13 de noviembre y reunió a 67.000 espectadores, con un 4 % de share: el doble de la media de À Punt en octubre, de solo el 2,3 %.
Pero la ficción se ha ido desinflando en la franja nocturna de prime time (22.40 horas) a la que fue trasladada hace un mes. La entrega del 20 de noviembre cayó a la mitad en cuota de pantalla (2,3 %), mientras que la del día 27 se hundió incluso por debajo de la media de audiencia de la televisión de ese día, del 1,8 %. Era una noche difícil, puesto que todas las miradas estaban puestas en la final de Masterchef (que registró un imbatible 25,8 % de share), pero, a falta de solo dos episodios para culminar la última temporada grabada, la cuesta descendente experimentada por la popular serie refleja las dificultades por las que atraviesa À Punt para conseguir relevancia en medio del complejo sudoku televisivo. En las dos últimas semanas, l’Alqueria ha desaparecido del podio de los cinco programas más vistos los miércoles en la cadena (liderado por l’Oratge, el Telediario de la noche y Atrapa’m si pots, junto a la serie El paradís de les Senyores), según la Forta.
Pese a las reticencias iniciales de la dirección de À Punt de rescatar contenidos de la antigua Canal 9, L’Alqueria Blanca comenzó a reponerse en febrero en horario de sobremesa, a las 16 horas. El esperado regreso se posicionó como lo más visto del día, congregando a 55.000 espectadores con un 3,8 % de cuota de pantalla, por encima de los informativos y con picos de audiencia en marzo de hasta 95.000 espectadores. Sin ser los datos de 2010, la serie mejoró sustancialmente la audiencia vespertina, que venía de los 2.000 espectadores y el 0,2 % de share.
Cambios en la programación
A partir de octubre, con la reposición de la 11ª temporada, la serie se trasladó a las 22.40 horas. El primer episodio en esa franja de la parrilla reunió a 73.000 espectadores y un 6,7 % de share. El segundo recabó un 6,5 % y 102.000 espectadores. El tercero fue el más visto del 6 de noviembre, con un 4,6 % de cuota de pantalla. Pero ahí comenzó el descenso a los infiernos.
En la última comisión parlamentaria de À Punt afloraron las voces en el seno del consejo rector que piden cambios de fondo en la programación para reflotar la audiencia y cuestionan los criterios de la dirección. Uno de los consejeros, Vicente Cutanda, abogó por adelantar la hora de emisión de l’Alqueria Blanca para aprovechar la audiencia del telediario de las 21 horas, desplazando a Assumptes Interns, el programa previo.
A falta de conocer si la historia tendrá continuidad, Parany es la nueva gran apuesta de ficción de À Punt. La miniserie, ambientada en la València de la II República, se estrena el lunes en la televisión un año después de presentarse.
