El alcalde de València, Joan Ribó, recuperó ayer una de sus promesas electorales más sorprendentes: crear dunas artificiales en las playas del norte para protegerlas. El máximo responsable de la ciudad puso de nuevo sobre la mesa esta idea tras comprobar los efectos devastadores de la borrasca Gloria en el paseo marítimo de la ciudad, con gran afección tanto a los locales de hostelería, como las infraestructuras de las playas del Cabanyal y de la Malva-rosa.

Al alcalde le preguntaron por las críticas de algunos hosteleros del paseo marítimo por la falta de prevención del ayuntamiento ante el temporal, y Ribó respondió: efectivamente «tenemos que abordar medidas de prevención, pero ante olas que han superado todos los récords conocidos, de 6,4 metros a 8,4, la prevención es difícil». Sin embargo, el máximo responsable de la ciudad aseguró que el ayuntamiento va a hacer un estudio «de mejorar los mecanismos de prevención».

«La prevención natural pasa por las dunas, no hay otra solución. ¿No querrán que pongamos una valla, verdad?», se preguntó el alcalde. «Vamos a trabajar este tema y lo vamos a hacer seriamente», anunció Ribó, que ya propuso esta solución antes de las elecciones de mayo del año pasado. El jefe del ejecutivo local recordó que las dunas naturales de las playas del sur «han desaparecido en parte, pero han sido el gran mecanismo de prevención» de daños más importantes que se han podido evitar.

«Tendremos que plantearnos establecer algún mecanismo en las playas del norte, estudiarlo con calma con gente que sepa de costas, para prevenir. No puede ser que siempre que haya una tempestad, la arena acabe sobre el paseo marítimo o encima de los restaurantes, y el mecanismo para evitarlo seguramente va por sistemas de dunas o algo parecido, aunque repito que yo de esto entiendo muy poco y lo tenemos que estudiar. Hemos visto que hay playas por ahí que están arbitrando mecanismos parecidos», resaltó el alcalde.

Informe de todos los daños

Ribó asegura que todavía no sabe el mecanismo legal al que se acogerá València para reclamar dinero al Estado para la reparación de los daños ocasionados por la borrasca Gloria. «Pediremos ayudas, eso está claro, y la declaración de zona catastrófica como ya comentó la vicealcaldesa». «Necesito un informe de todos los impactos para poder determinar el alcance, porque todavía falta alguna cosa. Hay muchos factores para determinar el coste económico que supondrá», estimó el máximo responsable del Cap i Casal.

El alcalde advirtió de que olas de récord o la inundación del Delta del Ebro que ha dejado la borrasca, «muy asociada al cambio climático, nos dice que esto es serio». Aseguró que pedirán las ayudas pertinentes y establecerán «mecanismos para arreglarlo rápidamente y mecanismos de resiliencia frente a fenómenos como estos en el futuro que, por desgracia, pueden volver a pasar en cualquier momento». «El hecho de que este año en pocos meses hayamos tenido una DANA en la zona de Orihuela y este fenómeno, que aquí está duro pero creo que en Cataluña está más duro aún, nos indica que las cosas se están volviendo más frecuentes y más graves y por tanto, nos hemos de preparar y hacernos más resilientes a estos fenómenos», añadió.

Más aportes para la Albufera

Ribó admitió que con motivo del temporal, la situación de la Albufera «llegó a preocupar» porque la arena tapó las golas y el agua subió aunque fundamentalmente era dulce pero ahora «no preocupa porque ahora está desaguando por presión natural».

Sin embargo, incidió en que la preocupación de la Albufera es «a más plazo», ya que en condiciones normales necesita una aportación de agua del Júcar y esta es una «preocupación seria», que está «pendiente en los planes hidrológicos» y tienen que abordar con la Confederación Hidrográfica.