Las obras han comenzado en el litoral devastado de les Deveses de Dénia. No son obras de reconstrucción. Tampoco de regeneración de esta playa desaparecida. Los vecinos lo que hacen, de momento, es levantar con los escombros del desastre un parapeto que les proteja de un mar que amenaza con apoderarse para siempre de sus casas.

La comunidad de propietarios del edificio Padoa, levantado hace unos 50 años en primerísima línea de les Deveses (entonces había un buen trecho de playa; ahora no queda nada), ya se ha puesto manos a la obra. Ayer entró una pala en lo que antes era la terraza y parte del aparcamiento de esta finca de apartamentos. Ahora hay escombros. «Sí, los cimientos del bloque más arrimado al mar han quedado al aire, pero no hay daños estructurales», indicó ayer uno de los responsables de la finca. «Solo estamos haciendo obras de defensa y este tipo de actuaciones Costas sí que las autoriza», añadió.

La maquina amontonaba los escombros para crear un parapeto de protección. El temporal Gloria se ensañó con este litoral. Junto al edificio Padoa están las casas, algunas más que centenarias (dos de ellas se levantaron en 1909), que el mar se llevó por delante.

Las viviendas de primera línea son ahora totalmente vulnerables. Un temporal mucho menos agresivo que el de la pasada semana puede terminar el implacable trabajo de piqueta que inició Gloria. De ahí que los vecinos de estos apartamentos se afanaran ayer en levantar un muro de cascotes. En las casas parcialmente derruidas, los vecinos todavía no han movido una piedra. Un arquitecto y un aparejador las inspeccionaron el pasado jueves y trasladarán a Costas un proyecto común para ponerlas en pie y recuperar esas terrazas elevadas que hacen la función de zona costera de servidumbre de tránsito. No obstante, las líneas de los deslindes ahora se antojan más imaginarias que nunca.

Les Deveses, eso sí, es un excelente laboratorio sobre el impacto de los temporales. El estropicio en las viviendas es mayúsculo. Y también el cordón dunar, allí donde sobrevive, ha acabado muy dañado. Pero en la misma línea de costa, si hay dunas, estas resisten, mientras que, si se han alzado muros, el temporal Gloria los ha derribado. Las casas que están tras las dunas no sufren destrozos.

Desprendimientos en Xàbia

En Xàbia, el temporal también ha agravado uno de los grandes problemas del litoral más escarpado, el de acantilados. Se han producido nuevos desprendimientos. La Caleta o Cala Blanca es uno de los tramos litorales más castigados. El primer tramo de esta cala ha quedado sepultado bajo la tierra y las rocas que se han desgajado del cortado.

Las labores de limpieza también se han intensificado en las playas de la ciudad de València, muy afectadas, sobre todo las del sur, por la borrasca. Así, 120 operarios se encargan de retirar residuos tanto vegetales, como de plásticos y peces muertos, pero además el ayuntamiento ha contratado 20 máquinas de palas y traílla, además de 15 camiones para agilizar los trabajos. Un dispositivo de emergencia para el que se destinarán 40.000 euros.

El vicealcalde y concejal de Ecología Urbana, Sergi Campillo, destacó ayer que «con este refuerzo especial» se pretende que las playas recuperen pronto la normalidad, incluso a partir de este fin de semana. Para ello, el consistorio ha duplicado el dispositivo encargado de la limpieza y recogida de residuos, en especial los peces muertos que se han acumulado en las playas del sur y evitar que con las altas temperaturas comienzan a descomponerse.