Sonia tiene 47 años, lleva más de cinco en prisión pero en unos meses saldrá en libertad. «Cuando entré, mi autoestima estaba por los suelos. Soy muy creativa, así que me he metido en todos los grupos, el de teatro, el de rock y el de periodismo -es la encargada de entrevistar al director del documental, Miguel Forneiro, para la revista del centro penitenciario-. Y eso me ha servido para darme cuenta de que puedo hacer muchas cosas, cosas positivas para el futuro, para cuando salga».

«El teatro te ayuda a identificar emociones, a sacarlas fuera y a superar límites», sentencia.

No es la única. Comparte su visión Àngels, ingeniera informática de 42 años, con seis en prisión y unos cuantos años aún por delante. Es fundadora de Rock&Freedom, y su cantante.

El documental de sus compañeras de Madrid le parece «absolutamente maravilloso. Me siento totalmente identificada, porque pertenezco al grupo de teatro, estoy en la banda y también en el taller de periodismo».

Está orgullosa. «He aprendido a vivir en el presente. estoy bien. Sé que me queda mucho tiempo aquí, pero me siento tranquila. Es una reclusa de confianza. Vive con otras 28 internas en el módulo de respeto. Un privilegio, pero, recuerda, «nadie me ha regalado nada aquí, y menos aún siendo mujer».