La toma de posición de Carlos Mazón respecto a las alianzas electorales con Ciudadanos coloca de nuevo el foco en este dirigente de pasado zaplanista y al que la dirección nacional del PP bendijo para hacerse con el control del partido en Alicante, hasta ese momento controlado por José Císcar, uno de los principales apoyos de Bonig en el partido.
El respaldo público de Mazón a Casado lo refuerza como casadista en la organización valenciana de cara al futuro congreso regional. En el PP regional siguen contando con que Bonig intentará revalidar la presidencia del partido y que su relación con Casado es mucho más fluida de lo que puede parecer. Hay sintonía, insisten, y ninguna señal de que está marcada. De hecho, recuerdan que Casado siempre que ha visitado la Comunitat Valenciana la ha reforzado para intentar un segundo asalto a la Generalitat.
Mazón parece, sin embargo, calcular sus pasos. Se borró, por ejemplo, del acto de presentación del libro de Mariano Rajoy en Alicante. Bonig, sin embargo, se reunió ayer con el expresidente del Gobierno por la tarde y después tenía previsto cenar con él, un encuentro privado con su mano derecha, la alicantina Eva Ortiz; el presidente del PP de la provincia de Valencia, José Ramón Adsuara, y la portavoz de PP en el Ayuntamiento de València, Maria José Català.
Todo parece dibujar un escenario de disputa entre Bonig y Mazón, a la espera de que el «dedazo» de Génova señale a alguno.
