La Inspección Educativa acudió ayer a un centro educativo concertado de València tras conocerse que había distribuido a sus alumnos de 1º de ESO un cuestionario en el que, entre otras cosas, se les preguntaba si habían «practicado la homosexualidad».

Dicho cuestionario, que formaba parte de los deberes de la asignatura de Religión, explicaba el Sexto Mandamiento apuntando que «manda conservar la pureza del cuerpo y el alma» y añadía que, «para saber si cumplimos, nos podemos preguntar: ¿He cometido adulterio o fornicado?; ¿He visto algún tipo de pornografía?; ¿Me he permitido tener pensamientos y deseos morbosos? ¿He dominado mis pasiones? ¿He practicado la homosexualidad?; ¿He practicado la masturbación?».

Tras conocer la existencia de estas preguntas, una polémica que adelantó la Cadena Ser, la inspección educativa programó ayer una visita al Colegio Inmaculado Corazón de Maria de València, «para recabar la información de primera mano y verificar todo lo que haya sucedido». Las fuentes de la Conselleria de Educación detallaron que, «a partir del informe que se elabore, se actuará».

Desde la conselleria recordaron que «todos los centros educativos sostenidos con fondos públicos [en los que se incluyen los concertados] tienen la obligación de impartir el currículo oficial establecido para cada asignatura y estos contenidos no se adecuan a la asignatura de Religión». Asimismo, desde el departamento calificaron de «totalmente inapropiado el cuestionario» y creen que «atenta contra la intimidad del alumno, contra la ley 23/2018 de Igualdad de las personas Lgtbi y contra la ley 26/2018 de Derechos y garantías de la infancia y la adolescencia», además de «contra los derechos humanos basados en valores de respeto a la intimidad, diversidad y pluralidad».

Por su parte, desde el centro educativo ayer pidieron disculpas a través de un comunicado. «El Colegio Inmaculado Corazón de María de València pide disculpas y espera que este hecho aislado no se convierta en bandera contra la asignatura de Religión», se puede leer en el escrito, en el que declaran que el cuestionario es «inadecuado, y así lo ha reconocido la profesora responsable de este grupo en un comunicado posterior a los mismos alumnos».

«Respeto a la legalidad vigente»

Asimismo, desde el colegio -que define su proyecto educativo como «inclusivo e integrador»- también pidieron perdón «por no haber sabido responder a nuestro proyecto educativo cristiano». «Tomaremos las medidas oportunas para que, de acuerdo con nuestro compromiso con un sistema educativo de calidad (...) se prevengan errores de este tipo que pueden llegar a identificarse con una falta de respeto por algunas opciones de vida y que nada tienen que ver con nuestra concepción del ser humano», apuntaron.

Por último, la dirección del centro concertado agradeció que las familias «nos hayan hecho llegar su malestar porque eso nos ayuda a mejorar» y afirmó que la educación católica se imparte en España «con las máximas garantías de respeto por la legalidad vigente y por los mandatos de la Constitución».

Por otro lado, Educación detalló que, en estos casos, «es muy importante contar con quejas por escrito para poder probar de forma administrativa y eficaz que esa situación se ha dado en un aula».