España declara hoy el estado de alarma en todo el país. Así lo anunció ayer el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, en una declaración institucional tras una videoconferencia interministerial con su Ejecutivo. La medida, que se adopta por segunda vez en democracia y tiene un máximo de vigencia de 15 días, permite entre otras cosas restringir la circulación de personas -sin colisión con sus derechos fundamentales- y entrará en vigor tras el Consejo de Ministros extraordinario convocado también para esta mañana y su posterior publicación en el Boletín Oficial del Estado.

El Gobierno de Sánchez se había resistido durante los últimos días a tomar medidas más drásticas ante el coronavirus pese a las primeras críticas políticas que empezaban a llegar desde la oposición. Pero el «rápido» avance del virus, que ya supera los 4.000 casos y los 120 fallecidos en todo el país, unido a las previsiones que se manejan a corto plazo, hizo finalmente cambiar la hoja de ruta.

El presidente comunicó que no es descartable superar los 10.000 contagios «la próxima semana». «Estamos solo en la primera fase del combate contra el virus. Nos esperan semanas muy duras», adelantó el líder socialista, que en la línea adoptada por las autoridades sanitarias y políticas durante los últimos días, quiso implicar a la población en la lucha para contener el Covid-19.

«La declaración del estado de alarma permite movilizar al máximo los recursos contra el virus, pero la victoria depende de cada uno de nosotros, el heroísmo consiste también en lavarse las manos y en quedarse en casa. Vamos a parar el virus con responsabilidad y con unidad». Incluso hizo una división de tareas: a los mayores, les pidió extremar las precauciones y evitar los espacios públicos, mientras a los jóvenes les solicitó limitar su actividad social para evitar convertirse en transmisores de la enfermedad.

Aplicación en el aire

El precepto constitucional que avala esta medida está contemplado en la Ley Orgánica 4/1981 de Estado de Alarma, Excepción y Sitio y prevé su declaración ante circunstancias como «crisis sanitarias» y, además de limitar la circulación de personas, otorga al Gobierno la potestad de intervenir y ocupar fábricas -medicalizar hoteles, por ejemplo-, requisar bienes e imponer prestaciones personales obligatorias o limitar o racionar el uso de servicios o el consumo de artículos de primera necesidad así como asegurar el abastecimiento de los centros de alimentación.

En cualquier caso, Sánchez no aportó detalles concretos del plan que lanzará hoy más allá del compromiso de movilizar recursos públicos, privados -el estado de alarma permite la libre disposición de determinadas propiedades privadas-, civiles y militares para proteger a la ciudadanía. Según fuentes cercanas al Gobierno, la implementación de este artículo pivotará en torno a limitar la movilidad -ayer mientras Sánchez pronunciaba su discurso se producían atascos en las principales vías de salida de Madrid hacia Andalucía y el Mediterráneo- y a la clausura de toda actividad comercial salvo farmacias y supermercados.

Otra de las actuaciones que permitirá esta declaración de estado de alarma será el aplazamiento de las elecciones autonómicas previstas en Galicia y el País Vasco para el próximo 5 de abril.

Apoyos políticos con reproches

De cumplirse las previsiones, las medidas que finalmente adopte el Ejecutivo con este precepto serían muy similares a las decretadas por Italia. Algo que desde la oposición empezaron a reclamar a Sánchez durante los últimos días, rompiendo con la tregua inicial en la que no hubo críticas a la gestión del Gobierno central.

El líder del PP, Pablo Casado, compareció a los pocos minutos del anuncio de Sánchez. El popular mostró su apoyo a la declaración de alarma porque el país necesita «medidas extraordinarias para situaciones extraordinarias» y le ofreció sus votos si es preciso prolongarla -tras 14 días se necesita el aval del Congreso-. Pero reprochó al Ejecutivo haber ido «a remolque» de los acontecimientos y le solicitó la creación de un puesto único de mando para centralizar el plan de contingencia.