Pablo Casado no encuentra mucha «sinceridad» en la propuesta lanzada por el Gobierno de reeditar los Pactos de la Moncloa de 1977 con el objetivo de encarar la crisis del coronavirus con unidad. No obstante, el líder de los populares mantiene que su partido tenderá siempre la mano a aquellas propuestas que se debatan en el Congreso y que cuenten con el apoyo de los agentes sociales. Tras una reunión con los distintos grupos parlamentarios, Casado recordó ayer que los Pactos de la Moncloa, alcanzados antes de la aprobación de la Constitución, sirvieron para falicitar la transicción desde la dictadura hacia la democracia y que, actualmente, esto no es necesario: «Diálogo social sí, pero cambio de régimen no».

«Nosotros, que conseguimos superar una dictadura juntos, lo que tenemos que hacer ahora es reivindicar las instituciones y el sistema político, económico y laboral que está plenamente en vigor para superar cualquier crisis», defendió Casado antes de advertir de que «lo más peligroso» sería que Sánchez emplease estos acuerdos para realizar «un cambio de régimen encubierto».

Lealtad con límites

El presidente del PP defendió que su partido está siendo leal al Ejecutivo de Sánchez pero que lo que no se puede permitir es ayudar a remar en la dirección equivocada. En este sentido, aseguró que el Consejo de Ministros se está caracterizando por su «arrogancia», por la «mentira» y por la «incompetencia». Aun así, Casado anunció que su partido sí apoyará la prórroga del estado de alarma que se debatirá pasado mañana en el Congreso de los Diputados, siempre que sea en base a las condiciones del primer confinamiento que se inició el 14 de marzo, «sin más limitaciones» ni a los movimientos ni a las actividades económicas de ese primer decreto.

El Gobiernoadmite que la idea tiene un futuro complicado. Al menos, con el mismo consenso que hace 40 años. Además del PP y Vox, el nacionalismo vasco y catalán tampoco la ha recibido con demasiada alegría y es más proclive a las alianzas con el Ejecutivo de coalición. Ante esto, Moncloa expuso ayer sus razones en busca de ganar adeptos: «responsabilidad», «gratitud a las generaciones predecesoras», «coherencia», «congruencia» y «sentido de Estado». Esos fueron los cinco puntos esgrimidos por el ministro Ábalos, uno de los de mayor peso político dentro del equipo de Sánchez.