«Me he cruzado con otros». El título de 'atleta del desconfinamiento' es, seguramente, tan relativo como el de 'turista un millón'. Pero el dato es objetivo: a las seis de la mañana y apenas unos segundos, David Díaz fue el primer corredor que apareció por debajo del Palau de la Música. Pero, sin duda, sirve como símbolo del desconfinamiento deportivo. Atleta popular, independiente, sin club, pero con tres maratones de València en sus piernas «y estoy inscrito para el de este año», ese que está previsto para el 6 de diciembre, aunque todavía está en el aire. Un buen corredor , de 3'45 el kilómetro «pero ahora voy a 5'10 para no forzar y correr el riesgo de lesionarme».

¿Por qué ponerse a correr aún de noche: necesidad o ansiedad? «Las dos cosas. Esta noche casi no podía ni dormir de las ganas de correr. Y a primera hora también piensas que no vas a encontrar tanta gente. Y con el calor que hizo el vienres, valía la pena salir antes. Llevamos tantos días, que madrugar un poco no pasa nada».

El no habituado se pregunta qué gusto le encuentran los ''" a madrugar, cansarse, machacar las rodillas. Confinados, aún se redobla el argumento: «la sensación de libertad. Lo que lo disfrutas durante y lo que lo disfrutas después: llegar sudado a casa, la ducha reparadora...». Y con la ausencia también se notan los efectos: «he subido de peso y correr me ayuda a estar controlado».

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