Los centros de atención primaria serán clave en el diagnóstico de los nuevos casos de covid-19, así como en el control de la expansión del virus sobre el terreno. El ministro de Sanidad, Salvador Illa, y los consejeros autonómicos acordaron ayer por la tarde ampliar los sistemas de detección precoz de esta enfermedad para poder vigilar de cerca a los pacientes infectados y, a su vez, controlar el eventual contagio otras personas con las que hayan estado en contacto.

Así lo decidió ayer el Consejo Interterritorial del Sistema Nacional de Salud, el cual considera «imprescindible» reforzar la capacidad del sistema sanitario para detectar nuevos contagios mediante pruebas de PCR u otras técnicas equivalentes de diagnóstico. «Las comunidades autónomas deberán reforzar las capacidades en Atención Primaria y todos los sistemas de información para que podamos tener una adecuada transmisión de datos», destacó Illa.

En este sentido, también se pide que los sistemas de vigilancia epidemiológica suministren información diaria sobre la evolución de la pandemia para la toma de decisiones, con nuevos indicadores y «con un nivel de desagregación detallado que permita adoptar reacciones rápidas en caso de nuevos brotes».

Asimismo, Illa recordó que el plan de desescalada incluía la necesidad de disponer de capacidades reforzadas en cuatro ámbitos distintos: el de la asistencia sanitaria reforzada, garantizando que haya suficiente capacidad de poder atender a todos los pacientes en el caso de que hubiera un nuevo rebrote; el despliegue de una vigilancia epidemiológica; la identificación y contención precoz de fuentes de contagio; y las medidas de protección colectiva.

El Ministerio de Sanidad también ha anunciado que quiere reducir a un máximo de 48 horas el plazo para identificar un caso sospechoso de coronavirus, en lugar de los hasta 15 días que se tarda actualmente entre que una persona desarrolla síntomas y recibe el diagnóstico de la enfermedad.

Así lo dijo ayer en rueda de prensa el director del Centro de Coordinación de Alertas y Emergencias Sanitarias, Fernando Simón, que reconoció que se trata de un objetivo ambicioso y que habrá que esperar a ver qué capacidad real existe en las comunidades autónomas y, «si hay que reforzar los sistemas, habrá que proponerlo y hacerlo». Simón reconoció que, en la actualidad el periodo desde que se desarrollan síntomas, se acude al médico y se notifica el diagnóstico oscila entre 10 y 15 días. El objetivo de cara a la fase de transición es identificar los casos sospechosos en un plazo máximo de 48 horas «al menos en un porcentaje muy muy alto».

Asimimo, explicó que las Comunidades Autónomas están actualmente en ese proceso. «Lo que vamos a hacer ahora es tratar de hacer detección precoz con muchos indicadores diarios y semanales que van dirigidos a conocer el número de casos posibles o sospechosos que pueden tener sintomatología relacionada con el coronavirus».

Se trata de garantizar que, en el momento en que se transite de una fase a otra, las comunidades estén preparadas para responder correctamente en caso de brote, subrayó.

Por último, Simón fue cauteloso al referirse a la posibilidad de usar aplicaciones para hacer un seguimiento de los contactos de un contagio, una información que calificó como fundamental.