Divididos entre la sorpresa y la gratitud recibieron ayer 2.000 litros de agua potable los 20 residentes en el primero de los asentamientos chabolistas de València que el Ejército de Tierra ha empezado a recorrer para garantizar el acceso a este bien primario en correctas condiciones higiénico-sanitarias a las cerca de 600 personas que viven en poblados de infraviviendas en el extrarradio de la ciudad.

Se trata de una acción que realizan los militares a petición del Ayuntamiento de València, que pretende así llevar agua potable a esos núcleos habitados, que hasta antes de la alarma solventaban sus necesidades de agua con fuentes públicas, donde las había. El cierre de muchos de esos surtidores en atención a criterios de salud pública les había dejado sin posibilidad de acceder a algo tan elemental como el agua, necesidad que ha venido siendo cubierta hasta ahora por Cruz Roja, con reparto botellas y garrafas para consumo.

Sin embargo, no disponían del agua para otros usos, como la higiene, por lo que la Concejalía de Servicios Sociales ha promovido la instalación de depósitos y su llenado para, en palabras de la responsable de ese departamento, Isabel Lozano, «garantizar el acceso a agua potable a toda esta población», sobre todo en aquellos asentamientos en cuya cercanía ni siquiera había fuentes públicas.

Durante la semana pasada, militares del Cuartel General Terrestre de Alta Disponibilidad (CGTAD) recorrieron los asentamientos para reconocer el terreno y determinar dónde y cómo instalar los depósitos, de lo cual se ha encargado la empresa concesionaria Obremo. El aprovisionamiento dio comienzo ayer, con el llenado de 11 depósitos de mil litros cada uno, distribuidos en cuatro asentamientos ubicados en Pare Presentat, Entrada Pedrós (La Punta), Gallineta y Camí Vell de Torrent.

Renovada cada 10 días

Empleados de Obremo vaciaron el agua almacenada en los depósitos, los limpiaron e hipercloraron y, una vez listos, militares del CGTAD se ocuparon de llenarlos con un camión cisterna del Ejército. Cada uno de los depósitos seré llenado de nuevo cada 10 días, que es el tiempo máximo durante el cual se pueden mantener las condiciones óptimas de potabilidad en este tipo de aljibes.

Durante ese tiempo, serán empleados municipales los encargados de controlar que se mantiene potable, con mediciones diarias de la temperatura y la salubridad.

A lo largo de los siguientes días, el Ejército continuará llevando agua al resto de depósitos distribuidos en el resto de asentamientos de infraviviendas de València, según fuentes del CGTAD.