A la espera de que en las próximas semanas se avance en el proceso de desescalada y puedan abrir hoteles de las playas, de momento uno de esos establecimientos ha empezado a funcionar en la ciudad de Gandia. Se trata del Borgia, junto a la plaza de Espanya, en el que algunos clientes han ocupado sus habitaciones.

Pablo del Castillo, su gerente, explica que no se trata de turistas porque ahora esa actividad sigue muerta, sino de trabajadores o responsables de empresas que tienen que acudir a Gandia o a municipios cercanos por obligación y a quienes les resulta mejor pernoctar que regresar a sus casas cada día. De momento, a falta de cómo responda la demanda en los próximos, el Borgia ha abierto la primera planta del complejo.

A esa imagen que también contribuye a recuperar la normalidad se suma que también se hayan montado las mesas en la acera al local para poder dar servicio de cafetería, dado que, como fija el Gobierno, las zonas comunes interiores de los hoteles todavía deberán permanecer cerradas y sin ningún uso.

El Borgia clausuró sus instalaciones por obligación. Pablo del Castillo explicó el pasado mes de marzo que, cuando se decretó el estado de alarma, consideró oportuno mantener el hotel abierto, al tratarse de un servicio prestado no al turismo, sino a la clientela urbana. Pero finalmente el Gobierno optó por la máxima restricción y obligó a cerrar hasta esta fase 1 de la desescalada, lo que frustró sus expectativas.

Los establecimientos de la playa, sin embargo, siguen cerrados, pero estiman que a lo largo de junio, si la desescalada no se tuerce, algunos ya podrían abrir.