Una empresa de origen española pero fundada por un irlandés y con delegación en la Comunitat Valenciana, en concreto, en la localidad de Pedreguer, acaba de culminar con éxito un ensayo que demuestra que su tecnología especial de Plasma air mediante la aplicación de ionización bipolar por plasma frío es capaz de eliminar del aire y donde el aire ionizado barre las superficies un sustituto del coronavirus, el bacteriófago MS2. La investigación, que se ha llevado a cabo por un equipo interdisciplinar con especialistas en microbiología e ingeniería y con el apoyo de un acreditado laboratorio de microbiología, se ha desarrollado en un hotel para descanso de personal sanitario, próximo a Madrid. Los resultados (el método es eficaz al 99%) obtenidos sugieren que esta tecnología es una solución para la eliminación, de forma eficaz y segura, del coronavirus en el aire de espacios cerrados.

Como explicó a este diario el responsable de la firma Tayra, Paul Gerard, la tecnología ionización no es nueva y lleva tiempo siendo empleada con éxito en Estados Unidos y Japón. Asimismo, en España, esta tecnología ha sido aplicada en la planta de productos lácteos de la empresa Danone por TAYRA. La empresa Tayra lleva años trabajando en climatización en todo tipo de aplicación pero es ahora, con la emergencia sanitaria, cuando ha desarrollado nuevos estudios sobre la aplicación de la ionización como estrategia virucida. Son múltiples las iniciativas que desde diferentes ámbitos están surgiendo para lograr un aire descontaminado, pero no todas las soluciones tienen detrás estudios científicos rigurosos, ni garantizan la inocuidad del método. La ionización, explica Paul Gerard, a la sazón, Ingeniero experto en Climatización e investigador de la Universidad Tecnológica de Dublín, Irlanda, es una tecnología «sencilla, barata, inocua y biocompatible con la presencia de personas». Se adapta a la instalación de climatización existente y no conlleva una inversión económica importante.

La principal ventaja de esta tecnología es que convierte los sistemas del aire acondicionado (vectores probados del coronavirus) en aliados para exterminarlos con la instalación de un dispositivo de ionización. «Mientras funciona el aire acondicionado para calentar, enfriar o ventilar los espacios, se consigue que el aire esté constantemente higienizándose». Aunque la empresa ya contaba con estudios científicos previos, la investigación que acaba de culminar es determinante. Paul Gerard y su equipo llevan semanas confinados en el citado hotel, donde reside personal sanitario, algunos en confinamiento por estar contagiados. Han reconvertido una de las habitaciones para simular una UCI teniendo en cuenta las limitaciones físicas presentes, con maniquí-paciente con sistema respiratorio incluido, donde se han realizado ensayos introduciendo en el ambiente un bacteriófago con características similares a las del coronavirus. «Hemos trabajado en un ambiente simulado de contagio», precisó Gerard, que subrayó el altruismo del equipo (no han recibido ninguna ayuda económica) que ha estado conviviendo con personas contagiadas. La conclusión es que este sistema elimina el virus del aire, las superficies e incluso de las mascarillas. Gerard lamenta que, en muchos casos, se lancen propuestas sin rigor científico: «La gente tiene miedo y debemos darles soluciones seguras y no supuestos milagros» indicó.

Tayra ha entrado ya de lleno en el sector dental a nivel nacional. La Comunitat ya está introduciendo este sistema en clínicas dentales y laboratorios protésicos, donde es clave la higienización del ambiente. De momento, se ha firmado un acuerdo con la firma Kalma, que será la distribuidora de esta tecnología.

Técnicamente, la ionización consiste en aplicar un campo eléctrico al aire de modo que se generen iones positivos y negativos. Gerard explica, «los iones atacan la membrana del virus dejando expuesto su ARN a la oxidación, inactivándolo». Remarca que los estudios han probado que el virus es transmisible por el aire y que los sistemas de aire acondicionado pueden favorecer su dispersión. La instalación es sencilla y sus aplicaciones son numerosas: centros hospitalarios, comercios privados, edificios públicos, sector residencial e industrial, etc. Asimismo, esta tecnología puede ser aplicada al transporte: vehículos, trenes o aviones.