Desde que el pasado 2 de mayo se abría la veda del deporte al aire libre, las bicicletas han tomado València. Sin duda, en la ciudad, la ruta estrella, (primero durante la fase 0 y ahora en la fase 1), es la que une la Ciutat de les Arts i les Ciències con El Saler. Cientos de ciclistas la recorren cada día en las franjas horarias permitidas para practicar deporte, pero es sobre todo los fines de semana, cuando las bicicletas se adueñan totalmente del Saler.

En la fase 1 sólo los ciclistas federados (la minoría) tienen permitido moverse libremente por toda la provincia; el resto, debe limitarse a pedalear sin salir de su municipio. En el caso de València, la salida, la escapatoria natural está clara: dirección el Saler. El Paseo Marítimo es otra de las rutas más utilizadas pero está muy limitada, ya que al llegar a la Patacona los agentes de seguridad recuerdan de que se está entrando al término municipal de Alboraia y, por tanto, en territorio prohibido para los habitantes de València. En el Antiguo cauce del Túria sucede algo similiar, al llegar al parque de Cabecera, de nuevo territorio vetado: Mislata.

Por tanto, la mejor opción para los que quieren hacer kilómetros es dirigirse hacia El Saler. Se puede llegar hasta El Perellonet sin infringir la ley, sin dejar el término municipal de València. Se trata además de una ruta de espectacular belleza que permite dos opciones: carretera o seguir el carril bici que lleva primero hasta Pinedo y que continúa con caminos entre pinos hasta alcanzar el lago del Saler, una reserva natural de gran belleza y valor ecológico.

Desde primera hora (los que quieren hacer más tirada, les toca madrugar más), decenas de ciclistas de todas las edades, de todos los niveles, se dan cita en el punto de quedada: el Puente Azud de l'Or, junto al Ágora de la Ciutat de les Ciències. Hasta allí van llegando ciclistas procedentes de todos los puntos de València. Se ve de todo, desde los más profesionales con los últimos modelos de bicicleta de carbono, perfectamente equipados, hasta los que han rescatado un viejo 'hierro' olvidado del trastero. Todo vale para disfrutar de una ruta que es una auténtica joya para los aficionados al ciclismo.

Los puristas de la carretera, calados y equipados hasta los dientes, eligen el asfalto. La ruta por carretera permite alcanzar mayor velocidad y es más apta para rodadores. Los BTT (bicicletas todo terreno), cicloturistas de nivel medio y principiantes optan por el carril bici: más concurrido pero también con mayor encanto. La ruta es cómoda y accesible para todos los niveles. 14,5 kilómetros de ida hasta llegar al lago del Saler y 14,5 de vuelta. 29 en total. La primera parte de la ruta transcurre por un carril bici con la única dificultad de subir una pasarela que muchos, sin complejos, ascienden bajándose de la bici.

Tras cruzar un canal, se alcanza Pinedo y su paseo marítimo por donde continúa la ruta paralela al mar. La densidad de ciclistas es alta y hay que estar atento a la hora de adelantar, pero la ruta no entraña dificultad. Siguiendo el carril, serpenteando, los ciclistas, pasando por zonas entre pinos en las que se mezcla el olor a mar y vegetación, se cruzan zonas de dunas salvajes tras tantas semanas sin ser pisadas por el confinamiento. La ruta se va adentrando en la Dehesa del Saler y, tras llegar al pueblo, penetra en unos frondosos bosques de pinos, vegetación mediterránea en estado puro. Una auténtica gozada. Caminos de tierra pero sin dificultad técnica que, poco a poco, lleva a los ciclistas hasta el Parador del Saler para, poco después, alcanzar la magestuosa meta en el lago.

«Parece el Tour de Francia»

Decenas de ciclistas hacen la 'parada' de rigor en el, disfrutando de unas vistas espectaculares. Tras la sesión de fotos para el recuerdo y el postureo, toca emprender el camino de regreso siguiendo los mismos pasos.

Valentín, de 62 años, lleva toda la vida practicando ciclismo y no puede ocultar su alegría por volver a pedalear en libertad: «es increíble, nunca había visto tantas bicis en València, volviendo de El Saler, en algunos tramos de carrtera parecía que estábamos en el Tour de Francia, había auténticos pelotones". Elena, deportista nata, también ha 'redescubierto' la bici estos días: «es un deporte ideal para practicar en València, tenemos muy buenas zonas».